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Espacios Políticos, año X, número 16, noviembre de 2017, pp. 51-62

Lo moral y las posturas en la modernización del Estado guatemalteco

por la eficiencia y especialización en 
la asignación de los recursos públicos.

A nuestro juicio, en la actualidad 

existe una paradoja entre delegación 
de competencias tecnocráticas y 
especializadas, y democratización 
del país. Manejamos la proposición 
de que dicha desconcentración y 
descentralización no se ha hecho con 
el debido rectorado, ni con la presencia 
de un proceso de planificación que 
debe ser obligatorio dentro del sector 
público.

Tal y como lo aseveramos en 

otro estudio:

Otro objetivo central se refiere al 
desbordamiento de las demandas 
tecnocráticas, tan ignorantes de las 
restricciones y del funcionamiento 
monetario-financiero, siendo que el 
control de las grandes decisiones 
públicas implica para los políticos 
una sobrecarga de presiones en 
relación con los asuntos tributarios 
y monetarios, en torno a los cuales 
existe un proceso muy bajo de 
conocimiento y conciencia, que 
viaja desde la ignorancia hasta la 
indiferencia

15

.

Existe en nuestro medio una 

relación poco armónica entre el 
quehacer tecnocrático y el político. 
Una clase tecnocrática moderna, 

15

 ibid., pág. 27.

civilizada y globalizada debiera 
tener en el pináculo de la alta toma 
de decisiones a dirigentes que 
provienen de sistemas políticos con 
direccionalidad ideológica, y que 
intentasen operacionalizar el alto 
mandato electoral y de convergencias 
parlamentarias. Por el contrario, 
en nuestro medio, el tecnócrata se 
escuda en su autonomía, rehuyendo 
del contacto político, y este último 
intenta la captura por medio de 
interpelaciones, amenazas de despido 
y actitudes que rayan hasta en la más 
mediocre vulgaridad.

Lo que es válido, llegados hasta 

aquí, es que no existe la aparente 
neutralidad autonómica de la 
tecnocracia. Así, cuerpos dirigenciales 
como el Banco de Guatemala, la 
Comisión General de Electricidad, 
el 

Instituto 

Guatemalteco 

de 

Seguridad Social y otros; permeados 
de 

corporativismo, 

no 

operan 

precisamente en un ambiente de 
asepsia al campo de lo político. Por 
el contrario, resultan ser ámbitos 
decisorios altamente políticos.

Retomamos así, la proposición 

siguiente:

 Resulta ser entonces que la 
tecnocracia y los cuerpos jurídico-
legales se permean de la influencia 
de ideas, en donde se adquieren