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Espacios Políticos, año X, número 16, noviembre de 2017, pp. 3-22
La reforma del Estado en Guatemala desde las finanzas públicas
Quisiera comenzar con esta
pregunta que voy a ir respondiendo
poco a poco: ¿cómo se reflejaron
las ideologías en el debilitamiento
y eventual captura del Estado
guatemalteco? Mi respuesta es
que hay una combinación de
ideas, de ideologías, que se
reflejan en la Constitución, y una
de sus manifestaciones iniciales
más claras en Guatemala fue la
ideología propiamente liberal del
siglo XVIII y XIX, reflejada en el
balance de poderes. En la práctica
se manifestó en Guatemala en un
desbalance de poderes después de
1985, donde el Poder Ejecutivo en
particular resultó débil en relación
a los otros dos poderes, lo cual
ha tenido una manifestación muy
específica en lo que se refiere al
ámbito de la política fiscal, puesto
que restringió severamente la
capacidad del Estado de recaudar
impuestos y de aumentar su nivel
de gasto.
Después de la incidencia de la
ideología liberal en el siglo XIX y XX,
Guatemala experimentó una fase
posterior de dominio ideológico
a partir de la década de 1980 y
que tiene un origen neoliberal,
que se reflejó en una serie de
restricciones directas impuestas
al Poder Ejecutivo y que también
están reflejadas en disposiciones
muy específicas sobre el tema
fiscal en la Constitución. La
Constitución de Guatemala se
aparta de las constituciones de
prácticamente todo el mundo,
en el sentido de que tiene muy
detalladas las condicionantes que
permiten modificar la legislación
tributaria, con lo cual se restringe
el margen de maniobra del Poder
Ejecutivo para impulsar reformas
tributarias.
Además del efecto debilitador
de la Constitución sobre el Estado,
hubo un posterior debilitamiento
de la unidad interna del propio
Poder Ejecutivo en la Constitución,
especialmente después de las
reformas
institucionales
que
reflejaron una profundización de
la implementación del ideario
neoliberal. Ello ocurrió con
las reformas constitucionales
aprobadas en 1993 y se profundizó
con reformas posteriores que
debilitaron aún más al Estado y
que afectaron también a la política
fiscal entre 1996 y el 2000.
A esta combinación de
ideologías liberales y neoliberales
se sumó la visión corporativista,
que tiene origen en el pensamiento
y la práctica de Mussolini en Italia,
y que puede calificarse como una
veta fascista que también ha
permeado el pensamiento político
guatemalteco. Este predominio
del pensamiento corporativista se
reflejó en la existencia de diversos
consejos o instancias mixtas, con
autoridad para tomar decisiones