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Espacios Políticos, año X, número 16, noviembre de 2017, pp. 89-110

Del Estado agresor al Estado humanizador

principios jurídicos de la Guatemala 

contemporánea, marcada por la 

desigualdad. 

En suma, como ya concluyó 

Collins (en London School of 

Economics and Political Science, 

2014), el sistema imperante para el 

control internacional de las drogas 

es incapaz de garantizar el acceso 

a medicinas esenciales, por lo que 

corresponde a las instituciones 

nacionales y regionales el avanzar 

unilateralmente hacia su abordaje. 

Unas que sean pertinentes y 

contextuales, 

descentralizadas 

de las oferta y alejadas de la 

criminalización. Unas que hagan eco 

del emergente consenso académico 

sobre la necesidad de «avanzar hacia 

la descriminalización del consumo 

personal, junto con la provisión 

efectiva de servicios sociales y de 

salud» (p. 13). 

Como subrayan Ramírez y 

Youngers (2011), la responsabilidad 

compartida internacional respecto 

a las drogas ilícitas no puede ocultar 

las realidades políticas, sociales y 

culturales de cada región, Estado 

y contexto; así como tampoco 

pueden impedir el ensayo y 

desarrollo de alternativas con miras 

a reducir los daños y a garantizar 

los derechos de los afectados por 

el cultivo y producción de plantas 

como la amapola. En concreto, 

como subrayan las autoras, es 

necesario perfilar para cada 

contexto políticas efectivas, que 

necesariamente se entrelazan con 

la promoción de la gobernabilidad, 

del Estado de derecho y del 

desarrollo económico equitativo. 

En el caso de Guatemala y otros 

países con altos índices de pobreza 

y desigualdad, la erradicación 

de 

amapola 

tiene 

efectos 

efímeros, en tanto que no hay 

alternativas económicas viables 

para los agricultores afectados. 

Del 

mismo 

modo, 

tampoco 

hay evidencias de impactos 

suficientes en regiones donde se 

han implementado proyectos de 

desarrollo alternativo ‒los cuales 

suelen estar orientados a la 

disminución de la dependencia del 

cultivo de amapola para opio‒, por 

ejemplo, por parte de agricultores 

pobres. En esta materia, por 

ejemplo, el Gobierno boliviano 

ha implementado una política de 

racionalización de la coca, en vez 

de su llana erradicación forzosa. 

De hecho, tales esfuerzos son 

complementados con el desarrollo 

y la mejora de la infraestructura 

en servicios básicos, por ejemplo, 
en salud y educación. 

De acuerdo con el Resumen 

final de la V Conferencia 
Latinoamericana sobre Políticas 
de Drogas (2014), celebrada 
en Costa Rica, los productores 
de la región se opusieron a ser 
considerados como criminales y 
como ciudadanos negados. Lo