Francisco Alfredo Sapón Orellana
Espacios Políticos, año X, número 16, noviembre de 2017, pp. 89-110
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incapaz de reducir la demanda,
prolijo para transferir costos,
desabastecer de medicamentos
y criminalizar. Finalmente, en
la tercera, se propone un giro
estratégico: la discusión y la
ponderación desde lo humano. Se
trata, pues, partir de la coyuntura
para transitar del Estado violentador
de derechos, al Estado gestor de
condiciones de humanización.
1. La deuda de la legislación
en materia de drogas
ilícitas: elementos para la
ponderación, a partir del
imperio de la desigualdad en
Guatemala
La balanza que permite
ponderar la legalización
internacional del cultivo y de la
producción de amapola para opio,
hasta antes de la última década,
se había mantenido estable.
Prácticamente inerte. Sin embargo,
cual David contra Goliat, países
como Guatemala están agitando
el contenido sobre sus platillos.
En palabras de la Organización de
los Estados Americanos (2013),
alrededor de 2010, el debate
hemisférico sobre las políticas de
drogas se ha hecho mucho más
activo e intenso, incluso «parece
haber una actitud más abierta
a entablar un diálogo acerca
de las actuales políticas y, en
algunos sectores, una disposición
a experimentar enfoques no
tradicionales hacia el tema» (p. 5).
Esta nueva actitud está alterando
su brazo y tiene potencial para
incidir no solo en la próxima Sesión
Especial de la Asamblea General de
las Naciones Unidas sobre Drogas,
sino en la priorización de la primacía
de la dignidad humana respecto
de otros criterios para al abordaje
del tema. Primacía que exige una
reorientación fundamental de las
prioridades normativas y de los
recursos, de modo que se centren no
en la represión punitiva, sino en las
intervenciones sanitarias, sociales,
restitutivas y de transformación
ciudadana (Comisión Global de
Política de Drogas, 2014).
En vez de aspirar a un mundo
libre de drogas, en países como
Guatemala es necesario atender
las necesidades y características de
las regiones inmersas en el cultivo
y producción de amapola, como
estrategia de supervivencia. Si bien
sus derivados tienen usos múltiples,
en rigor, prohibir una molécula o
una planta, que se genera de modo
natural y se ha originado sin la
intervención humana, resulta una
medida desproporcional.
Todo indica que, en vez
de fiscalizar una planta crucial