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Revista Espacios Políticos
República
Democrática
Popular
Lao, Colombia y unos cuantos otros
países”, (p. 16). Todos estos países
gozan de una autorización legal para
la producción y cultivo de la amapola,
y para su posterior tratamiento, lo
cual les permite la extracción de los
principales ingredientes activos.
Como principales productores
de manera lícita podemos citar
a Asutrialia, la India, Francia,
Turquía, Serbia, Hungría y España,
concentrándose la mayor proporción
de este cultivo en el sur de la Península
Ibérica.
A pesar de ciertos aspectos
que permitan regular la producción
de la amapola y tratamiento de
sus
derivados,
es
importante
indicar en este apartado que los
países del Sudeste Asiático son los
mayores productores de opio para la
exportación en forma de heroína a
nivel mundial, abarcando las ¾ partes
de la producción mundial Afganistán
(misma fuente citada –última- en
párrafo anterior). Las intenciones de
Naciones Unidas y del mismo gobierno
afgano son las de poder hacer lícita
esta producción otorgando licencias a
los cultivadores afganos y que con ello
se permita la exportación legal; sin
embargo aún continúan las antiguas
prácticas internacionales de combate
a través de la quema o destrucción
de granjas por parte de las fuerzas
militares y/o policiales.
El consumo global total de
los opioides lícitos ha crecido
notablemente desde mediados de
los 80, justo en el momento en el
que la Organización Mundial de la
Salud –OMS- estableció la “Escalera
Analgésica” para contrarrestar los
dolores provocados por enfermedades
terminales como el cáncer. Sin
embargo, este crecimiento no
se dio de manera generalizada
para combatir el dolor, más bien
se dio principalmente en países
industrializados con capacidad de
pago (lo que hace referencia directa
al costo de estos productos, con poco
acceso a para países en desarrollo
o menos adelantados). Más del 90
% del consumo o demanda de estos
productos analgésicos derivados del
opio se realiza en países como Estados
Unidos, Canadá, Australia, Alemania,
Nueva Zelanda y otros del bloque
europeo. Es importante destacar que
con respecto a la demanda de estos
productos, corresponde a los Estados
Unidos atribuirse nuevamente como
el mayor consumidor de productos
farmacéuticos de opiáceas, lo que
denota la necesidad de cubrir,
económicamente
hablando,
un
mercado con poder adquisitivo y con
alta demanda.