56
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
procesamiento al comercio interno
(lo cual no se prohíbe en los acuerdos
internacionales) mediante incentivos
a empresas nacionales que quisieran
participar o estuvieran interesadas
en la producción de derivados de la
amapola, en un primer momento a
nivel y local y luego seguir avanzando
hacia una comercialización externa,
coordinando esfuerzos que tiendan
al desarrollo económico y social
del país. Los escenarios que se
presentan no son fáciles, pero
un buen equipo interinstitucional
de trabajo, acompañado por la
sociedad civil y otros actores, podría
despertar el interés de las empresas
monopolísticas para llevar a cabo esta
producción y asentarse en nuestro
país con inversiones prometedoras,
las cuales, a su vez, busquen favorecer
el bienestar público mediante la
elaboración de sustancias, como la
morfina, por ejemplo, para brindar
atención al “dolor” de enfermos
terminales, ya que los llamados
opiáceos (derivados naturales y
semisintéticos de la morfina) son
totalmente legales y aceptados por
las convenciones internacionales a las
que se ha adherido Guatemala.
En términos concretos, el cultivo
legalizado del opio está regulado
por la Convención Única sobre
Estupefacientes de las Naciones
Unidas, así como por otros tratados y
es de específico control y supervisión
estricta de cada país que lo produce.
En cuanto al comercio mundial
del opio, este fue regularizado tras el
descubrimiento, en 1930 de que una
gran red que lo exportaba e importaba
de manera ilegal (mercado negro) a
distintos países, aunque siempre a
partir del cultivo legal.
En la actualidad, según Fielding
y Giacomello (2013), “la amapola es
cultivada legalmente en 18 países:
los cinco productores principales
son Australia, la India
2
, Francia
3
,
Turquía, y Hungría. Los demás son
(en orden alfabético) Alemania,
Austria, China, Eslovaquia, España
4
,
Japón, Macedonia, Nueva Zelanda,
Los Países Bajos, Polonia, el Reino
Unido, Rumania y Ucrania. Los
cultivos ilícitos se concentran en
Afganistán Myanmar, México, la
2 Este país es el mayor productor legal en la es-
cala mundial, además de ser el único país que
produce opio a la manera tradicional, es decir,
mediante la incisión en la planta.
3 A través de su compañía Francopia, la cual pro-
duce alrededor del 25 % de la demanda mun-
dial, con una producción en lista de 21 productos
derivados de los alcaloides y otros ingredientes
activos del opio y con una venta que sobrepasa
los 60 millones de Euros. La distribución de sus
productos se realiza en más de 80 países alrede-
dor del mundo.
4 Se estima que unas 12 000 hectáreas son culti-
vadas en este país. España cuenta con la primera
autorización para la fabricación de alcaloides de-
rivados del opio, misma que se otorgó en 1934 a
la fábrica de productos químicos y farmacéuticos
Abelló. Posteriormente (en los 70) se constituyó
Alcaliber, empresa que controla el mercado actual
de la producción española. El 93 % de la produc-
ción de esta compañía se destina a 67 países.