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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
1.3. Del control al prohibicionismo,
apenas un paso
La derogatoria de la Ley
Volstead abrió una producción y
venta reguladas del alcohol, que
generaría los emporios productores
y comercializadores de licor de
transnacionales, asentadas en los
Estados Unidos y Gran Bretaña, y
después en Europa. El tema de las
drogas, en cambio, continuó con
mayores restricciones a pesar de
las contradicciones con los grandes
productores y comercializadores de la
heroína y la cocaína, especialmente.
En este sentido, tanto González
(2014), así como Pardo (2010)
coinciden cuando afirman que la
influencia estadounidense en los
ámbitos internacionales impuso el
modelo prohibicionista, por lo que
después de la Primera Guerra Mundial
los esfuerzos para lograr acuerdos
internacionales contra el comercio de
drogas se centraron en la Sociedad
de Naciones. EE. UU ejerció un papel
importante bajo la presidencia de
Woodrow Wilson, a pesar de que
nunca llegó a formar parte de este
organismo. Su primer logro fue la
Conferencia Internacional del Opio
acordada en Ginebra en 1925.
Por ello, se crearon organismos
para la información, control y
sanción de embargo a los países que
incumplieran los compromisos de la
Convención, aún ante aquellos que
no fuesen firmantes de la misma.
Estas estructuras y disposiciones
fueron reforzadas en las nuevas
Convenciones de 1931 y 1936.
En 1930 Estados Unidos fundó la
Oficina Federal de Narcóticos
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dirigida
por Harry Jacob Aslinger (1892-1975)
desde su inicio hasta 1962. Aslinger
fue investigador para la empresa de
ferrocarriles de Pensylvania donde
hizo carrera hasta llegar a capitán
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.
Se enroló en actividades militares y
policiales para los Estados Unidos en
varios países de Europa y Sud América
en la persecución del narcotráfico.
Su obsesión lo marcó con un
destino al que dedicaría toda su vida
imbuido de un sentimiento racista y
antiinmigrante. Harry se volcó en la
persecución al tráfico y consumo de
7 La FCB era la misma oficina que había fraca-
sado en la lucha antialcohólica: “Harry [Anslin-
ger] pasó revista a su nuevo equipo, se encontró
con un ejército prácticamente derrotado que se
había pasado catorce años batallando contra el
alcohol, solo para ver cómo éste ganaba y por
todo lo alto. Sus hombres eran corruptos y nada
honestos. Pero ahora Harry tenía la obligación de
convertirlos en una fuerza capaz de eliminar las
drogas de Estados Unidos para siempre”. (Hari,
2015, p. 23).
8 Aslinger, el octavo de nueve hijos, tuvo en su
temprana adolescencia una experiencia que lo
marcaría con respecto a las drogas en casa de un
vecino donde el esposo de una mujer que gritaba
desesperada le pidió que fuera a caballo al pueblo
para traer un paquete de la farmacia. A su regre-
so, tan veloz como pudo, el medicamento habría
de calmar los gritos de la mujer. A este recuerdo
se unió su convivencia laboral en los ferrocarri-
les con un grupo de migrantes italianos que en
voz baja se referían a la “Mano Negra”, una orga-
nización mafiosa siciliana que los extorsionaba.
Ante la golpiza a uno de los trabajadores, Aslin-
ger ofreció su protección: “Fue en busca de Sam
Boca Grande […], y le dijo: si Giovanni muere,
yo mismo me encargaré de que te ahorquen…”.
(Hari, 2015, p. 25).