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Revista Espacios Políticos
GUATEMALA, 2004-
2015: LA CRISIS DE
LA DEMOCRACIA
CAPITALISTA
Sergio Palencia
1
Introducción
A
finales de 1996 se firmaron
los Acuerdos de Paz entre
la Guerrilla y el Estado
guatemalteco. Con esto finalizaba
oficialmente un periodo de lucha
armada de más de 40 años. Una
idea fue común: ahora la manera de
hacer política sería a través de los
partidos políticos en tanto canales
de representatividad. Es decir, las
reglas del régimen democrático
1 Sociólogo por la Universidad del Valle de
Guatemala, con Maestría en el Instituto “Alfonso
Vélez Pliego”, de la Universidad de Puebla,
México. Ha analizado el racismo y la dominación
estatal-capitalista en el libro Racismo, capital y
Estado en Guatemala (URL, 2013). Asimismo,
ha trabajado sobre temas de historia y memoria
desde la teoría crítica, entre los cuales publica
el libro Fernando Hoyos y Chepito Ixil. Encuentro
y comunión revolucionaria en Guatemala (FGT,
2012). Actualmente estudia la conformación
del Estado guatemalteco y la violenta relación
histórica con las comunidades indígenas en el
territorio, especialmente durante el siglo XIX e
inicios del XX.
estatal de 1985 marcarían la pauta.
Con las elecciones generales se
votaría para ocupar los poderes del
Estado. Las estructuras guerrilleras
podrían optar a la fundación de
partidos políticos en la misma línea
que otras organizaciones o grupos
asociados. De manera que el Estado
sería visto como el eje articulador de
una competencia partidista, siendo
los gobiernos la expresión de la
democracia por votaciones generales.
Desde entonces, hasta 2015, los
partidos
empresariales
(PAN/
GANA), de raigambre militar (FRG/
Patriota) o de capitales emergentes
(UNE) mantendrían el monopolio
del poder estatal. Estos gobiernos
promovieron políticas privatizadoras,
acuerdos de libre comercio y el
incremento tributario sobre pequeños
contribuyentes.
2015 fue el año de la renuncia
del presidente Pérez Molina, la
vicepresidenta Baldetti y la mayoría
de ministros. En este sentido, puede
interpretarse como la crisis del
Gobierno del Partido Patriota. Si se va
un poco más lejos, incluso se puede
entender como el agotamiento de un
modelo de Estado, con el creciente
descrédito de sus instituciones (e.i.
Congreso, Cortes). No obstante,
plantear la crítica en estos dos niveles
– gobierno partidista / estado – aún
dejaría de lado el movimiento tectónico
de abajo, uno donde la misma
manera de realizar lo político puede,