7

el Desarrollo (PNUD) en 2004, sobre una democracia de 
ciudadanos y ciudadanas) y después de 1989 alcanza Alemania 
Oriental y África subsahariana. 

Sin duda, había buenas razones para esta extensión de la 
democracia liberal. Desde un punto de vista ético, que es siempre 
el fundamento de legitimidad de cualquier organización política, 
cuatro eran las bases de este éxito: 1) Una vez desaparecida la 
legitimación divina del poder político, la única legitimidad racional 
de las leyes es la de una forma de gobierno que identifica a los 
autores de las leyes con sus destinatarios, que plasma en la vida 
política aquella idea kantiana de la libertad política «yo no puedo 
obedecer más leyes que aquellas a las que estaría dispuesta a 
dar mi consentimiento». 2) La democracia es el régimen propio 
de ciudadanos, que se saben señores, y no siervos ni esclavos, 
autónomos, y no heterónomos; que saben que lo son en 
igualdad de derecho, porque todos son igualmente ciudadanos.  
3) La democracia es el gobierno del pueblo, en el que reside la 
soberanía, frente a cualquier autocracia o totalitarismo, como 
los sufridos en la primera mitad del siglo XX. 4) El sistema de 
contrapesos entre los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, el 
imperio de la ley y las instituciones correspondientes, dificultan 
los totalitarismos y las tiranías hasta llegar a imposibilitarlos. 

Sin embargo, en el cambio de siglo se produce un declive de 
la democracia, lo que Larry Diamond denomina la «recesión 
democrática». Se congela el número de nuevas democracias, 
disminuye la calidad de las democracias en algunos de los 
países emergentes como democráticos, dando paso a nuevas 
formas de autoritarismo, y disminuye la calidad democrática 
incluso en los países tradicionalmente democráticos.