7
mutua entre la misión universitaria y la jesuítica. Además, cuando
las universidades de la Compañía se esfuerzan en hacer de la
promoción de la justicia un rasgo característico de su identidad,
pueden ayudar a la propia Iglesia a transmitir su condición
solidaria y compasiva y a hacer más creíble su mensaje.
Pero, ¿por qué debería trabajar una universidad por la justicia?
¿Esta tarea no la distrae de su vocación académica? Parece que no;
aportemos algunos motivos. La injusticia actual supone un reto
intelectual de primera magnitud, que convoca al conjunto de las
ciencias. De otra parte, las universidades están al servicio de las
sociedades, comprometidas en su crecimiento y progreso. Y no
existe progreso si no hay inclusión. Están también al servicio de
sus alumnos y estos solo crecerán en humanidad si incorporan
una preocupación ciudadana y vital por el sufrimiento de los
últimos. Las universidades tienen un horizonte universal, al igual
que la justicia.
En 2014 apareció en el número 116 de la revista
Promotio Iustitiae
un documento dedicado precisamente a repasar los modos en
que las universidades de la Compañía están promoviendo la
justicia. El panorama es muy rico y esperanzador. En lo que
sigue expondré de modo libre algunos de los contenidos de este
documento, que puede ser más tarde consultado por ustedes
con mayor detenimiento.
1. La formación del alumnado
Un ámbito en que puede ser abordada la promoción de la justicia
es la formación del alumnado. Una universidad encuentra
en las vidas futuras de sus estudiantes –ellos y ellas– el juicio