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acompañe a través de los infiernos sociales, como Virgilio con
Dante, en la Divina Comedia. El monitoreo de experiencias
injustas y excluyentes, junto con el análisis e indagación de las
causas de esos infiernos no provocados por “divinidades”, sino
por el corazón de la gente y sobre todo de estructuras, puede
ser fuente de esta “espiritualidad civil”. Hablo de la indignación
experimentada pero también de la indignación de la «dialéctica
negativa» de T. Adorno y la escuela de Frankfurt, y de J.
Holloway en su análisis de «grito de negación». Este grito es el
fundamento de propuestas y acciones positivas, y un ejemplo de
esto es la vida de Gandhi
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.
Segundo. Alguien con espiritualidad civil tiene experiencia de
“sentido” en la vida, a pesar de las dificultades e infiernos presentes.
El sentido da impulso que provoca ánimo en todo lo que se
hace. Es la experiencia de vivir con una ilusión fundamental,
que inspira a personas y grupos humanos hacia metas nobles.
Este “sentido” es la fuente de la “
resistencia”, del aguante; de la
espera, que no es conformismo. Es confianza fundamental y
espontánea ante la vida.
Otra cualidad que tiene el “sentido”, es que provoca resiliencia,
es decir capacidad de recuperar vida y de rejuvenecerse como
las águilas. El “sentido” tiene la virtud de vislumbrar futuros, a
pesar de todo. Como dice el Salmo 56, lleva a querer
“despertar la
aurora”, a acelerar los tiempos, a que irrumpa la luz. El esposo,
en la película “La vida es bella”, es un ícono de este sentido, de
imaginación y creatividad contra todas las adversidades.
9 Holloway, J. (2005).
Cambiar el mundo sin tomar el poder: El significado de la revolución hoy.
Venezuela: Vadell Hermanos Editores, C.A.