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es Dios vestido de carne humana, como Jesús no puede
aprender nada, no hablaba expresando sus sentimientos, sino
que le estaba probando a la mujer y, por eso, se admiró de que
superara la prueba.
Como se ve, para tratar sobre la fe, es completamente distinto
operar desde una noción preconcebida de Dios, que se tiene
como indiscutible, que partir de los evangelios como fuente de
todos los conceptos sobre Dios y sobre Jesús y sobre el misterio
humano. El problema es que todavía la institución eclesiástica
no vive de los evangelios y como ellos no son la fuente de su
doctrina, tampoco los ha entregado al pueblo. Por eso nosotros
para desarrollar el tema propuesto de la fe en Jesús, no hemos
acudido a doctrinas, sino a la contemplación de los pasajes del
evangelio que tratan del tema, ya que ellos son, es decir, deben
ser, la fuente de la doctrina y de la vida cristiana.
7. La fe en Jesús salva a la pecadora y le da la paz
(Lc. 7, 36-50)
7
La mujer pecadora llega a Jesús en casa del maestro de la ley
porque espera que Jesús la acoja y así, la reivindique ante los
intachables de la ciudad. Al abrazar sus pies y sentir su acogida,
le expresa todo su amor. Jesús la justifica ante ellos haciéndoles
ver que ha amado mucho porque ha conocido que se le ha
perdonado mucho, y la despide en paz porque su fe, suscitada
por el mismo Jesús, la ha salvado.
7 Fitzmyer, oc, 688-707; Bovon, oc, 542-560; Calduch-Benegas, oc, 53-77; Pagola,
oc,
Lucas, 133-140.