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3. La fe como proceso: de la fe de los amigos, al perdón
como superación de la resignación a la enfermedad y
deseo de ser curado (Mc. 2, 1-12)
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La curación del paralítico revela la relación entre amistad y fe
y entre pecado y falta de fe por resignación a lo que se toma
como castigo. Se puede tener fe en Jesús porque es misericordia
incondicional.
En la escena que comentamos, Jesús estaba enseñando en una
casa y había tanta gente que llegaban hasta el zaguán e, incluso,
hasta la calle. En esto llegan cuatro hombres llevando a un
paralítico en una camilla. Como no les abrieron paso para llegar
hasta Jesús, lo subieron a la azotea y quitaron las losetas del
medio hasta descolgar con sogas por el boquete al paralítico,
que quedó frente a Jesús. “Viendo Jesús la fe de ellos, le dijo al
paralítico: ‘hijo, se te perdonan los pecados’”.
Lo primero que queremos resaltar es que Jesús, en lugar de
distraerse con el hueco que se iba formando en el techo, con la
nube de polvo que caería, con el alboroto que iba en aumento,
en lo único en que se fijó fue en la fe de esos cuatro amigos. No
en la fe del paralítico, sino en la de los amigos.
Verdaderamente que tener amigos así es el mayor tesoro.
Amigos así, son sacramentos de la gracia de Dios. Y en este
caso son específicamente sacramentos de la gracia de Dios a
través de su Hijo Jesús, ya que no solo tuvieron misericordia con
su amigo, sino una fe inquebrantable en Jesús. La fe en él fue la
3 Navarro, oc, 92-98; Bovon, oc, 345-358; Taylor, oc, 211-220; Fitzmyer, oc, 509-525;
Bonnard,
Evangelio según san Mateo. Cristiandad, Madrid 1976, 194-200; Gnilka, oc,
111-120; Pagola, oc,
Marcos, 58-64.