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estaba culminando su entrega incondicional al Padre y que su
Padre estaba sufriendo con él, esperándolo al otro lado de la
muerte para resucitarlo.
Para quien tiene fe, la confianza triunfa sobre la inseguridad, sin
que esta desaparezca. Por eso la fe da paz, una paz que, como
dice Jesús, el mundo no puede dar, ni tampoco tiene poder para
quitar.
Ahora bien, volviendo a la plegaria de los discípulos, nos
preguntamos: esa oración angustiosa a Jesús ¿es signo de su fe
en él o de que no tenían fe? La respuesta es que la invocación a
Jesús es señal de que ni carecían de fe, ni tenían fe en Jesús. Si no
hubieran tenido fe en él, como pensaban que no podía remediar
la situación, no lo habrían despertado. Tampoco lo habrían
despertado, si hubieran tenido fe en él, ya que habrían confiado
en que, estando con Jesús, no les iba a pasar nada irremediable.
Lo despiertan porque tienen poca-fe. Lo ponemos con guiones
porque la poca-fe, en griego,
oligopistós, como se ve, es una sola
palabra porque no es un término medio entre la fe y la no fe en
una gradación cuantitativa. En el ejemplo resulta palpable que la
“pocafe” es otra cosa que la fe y la carencia de fe. Ya volveremos
sobre el tema.