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no se caracterizan precisamente por su transitividad y, por tanto, 
por su transparencia, sino por el contrario: por estar llenas de sí 
y por salir de sí mismas para poner a lo demás para sí, aunque 
sea, en el mejor de los casos, con servicios relevantes.

Como se ve, la falta de fe de sus vecinos no es un dato anecdótico 
sino que revela dos raíces muy profundas de la dificultad de tener 
fe en Jesús: la primera, es la dificultad de tener fe en un pobre 
y la dificultad particular de que los pobres crean en un pobre; 
la segunda, la dificultad de ver lo cualitativamente humano, ya 
que solo se lo puede captar desde dentro, desde la participación 
en ello o, por lo menos, desde el estar encaminado hacia ello. 
Esta dificultad se acrecienta porque desde el orden establecido 
se promueven las cualidades humanas por las que uno sobresale 
de los demás, pero no la calidad humana; se promociona el 
cultivo de la personalidad, no la constitución como persona por 
la salida servicial y gratuita de sí, en la que culmina la relación 
de fe.

2. Los discípulos se dejan llevar por el miedo porque les 

falta fe (Mc. 4, 40)

2

Jesús había estado todo el día en el lago hablando desde una 
barca a miles de personas que escuchaban en la orilla. Había 
quedado tan agotado del esfuerzo de hablarles a esa distancia 
que, al acabar, no se acercó a la orilla, como acostumbraba, para 
atender a cada uno, sino que les pidió que remaran hacia la otra 

2 Navarro, oc, 166-173; Taylor, oc, 311-318; Bovon, oc, 592-602; Grilli-Langner,

 

oc, 221-224; Léon-Dufour, 

Estudios de evangelio, Cristiandad, Madrid 1982, 147-175; 

Alegre, 

Memoria subversiva y esperanzada para los pueblos crucificados. Trotta, Madrid 2003, 

279-308; Pagola, oc, 95-102; 

Id, oc, 3, Lucas. PPC, Madrid 2012, 80-86.