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He allí el dilema.” (…) “Hoy soy un
blogger, uno entre millones.
Escribo en una nueva democracia de palabras”.
Esta escritura, esta palabra compartida es la que nos lanza como
botella al mar, esperando nuestra respuesta, porque ahora des-
de ese territorio precario del espacio cibernético “quien escribe
puede ser corregido en sus juicios, puede enmendar sus opinio-
nes, o refutar a quienes le refutan.” Y concluye con una frase
sobre ese nuevo espacio crítico múltiple, clave para países que
desafortunadamente apenas conocen el diálogo: “La botella que
se va en la corriente ignorada llevando el mensaje, y puede re-
gresar a mis manos.”
Sergio Ramírez se coloca en la encrucijada de su tiempo, y pue-
de imaginar el futuro, porque no evade el pasado y vive intensa,
pero sobre todo críticamente, su presente. Y nos incita a buscar
nuestro país perdido, empezando por imaginarlo o escribirlo.