18
Debemos prepararnos, por lo tanto, para ofrecer inteligencia
como nuestro primer producto en el mercado global. Inteligen-
cia generadora de nuevos parámetros científicos y avances tec-
nológicos: investigadores, descubridores, creadores de sistemas
cada vez más audaces de comunicación, de nuevas lógicas del
funcionamiento de las empresas, de la excelencia de los servi-
cios. Y creadores de patrones de convivencia social, y de la vida
democrática, ajena a los caudillos. Se trata de desmontar desde
sus cimientos la sociedad patriarcal.
La integración política de Centroamérica será seguramente
el último de los pasos en un largo camino todavía por reco-
rrer, pero en una situación de inercia nunca será posible. La
inercia, se volverá un factor disolvente. La integración se dará
más pronto, mientras más nos acerquemos a la transformación
cultural. Entonces se presentará como una necesidad, porque
el mundo del futuro será, quiero repetirlo, más que de países,
bloques de países, y de entidades supranacionales que habrán
encontrado formas durables de identidad, que tendrán que ver
necesariamente con el dominio compartido del conocimiento
científico.
Lo primero, es enterrar el sistema educativo, costoso y a la vez
obsoleto, y sustituirlo por otro que se convierta en el eje del
nuevo proyecto de sociedad, democrática y contemporánea de
la civilización. La política de inversión y de gasto público debe
sufrir un vuelco profundo que permita disponer de recursos
verdaderamente cuantiosos para la educación en todos sus ni-