16

porque la libertad de criterios, y la fuerza con que se expresen, 
aseguran la democracia. Una democracia humanista. 

A la par de la dedicación al crecimiento económico, se necesi-
ta una concentración de esfuerzos en el crecimiento cultural, 
que es imprescindible tanto para el progreso social como para 
la prosperidad espiritual, sin la cual no hay, a su vez, desarro-
llo posible. Y el reto del desarrollo cultural es doble: debe ac-
tuar entre las naciones centroamericanas, para contribuir a la 
integración regional; y debe actuar hacia adentro de nuestras 
sociedades para contribuir a su integración interna, cambian-
do radicalmente las metas sociales. Y en los dos sentidos, debe 
preservar la diversidad. No se trata de homogeneizar, sino de 
crear condiciones para una cultura contemporánea, que nece-
sariamente debe ser diversa, como lo es la sustancia de nuestra 
propia identidad común. Se trata de que el atraso cultural deje 
de ser una rémora para el desarrollo económico; y que este a su 
vez deje de serlo para el desarrollo cultural. 

No podemos olvidar que la tendencia del proceso global, en 
sus extremos económicos, y de comunicación, es la desnacio-
nalización. Tanto los capitales, como las imágenes, y el torrente 
de información diaria, se desplazan por medios electrónicos sin 
consideración de fronteras; y porque tienen que ver cada vez 
más con los individuos y no con las naciones, al hacer caso 
omiso de las identidades, las descuajan.