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universitaria” se refiere a la experiencia que de la verdad, de
la belleza y de la bondad, intrínsecas a la realidad natural e
histórica, a la realidad social y personal, a la realidad material
y espiritual, posee un segundo grupo humano académica e
institucionalmente volcado a su misión. Misión intelectual,
científica, formativa y ciudadana.
A lo largo de estos cincuenta años nos hemos empeñado en ser
socialmente pertinentes, buscando responder de modo acadé-
mico a las necesidades y retos del país. Hemos procurado rea-
lizar una labor educativa de calidad preparando profesionales
competentes, formando personas integradas e íntegras, forjan-
do ciudadanos responsables y solidarios, y orientando creyentes
en el auténtico sentido de la vida y de la historia. Todo esto, lo
hemos realizado con y por “mística universitaria”.
La “mística universitaria” refleja ante todo un deseo. Se trata
de la aspiración a la verdad que libera y que al mismo tiempo
cimienta una convivencia social justa. Los saberes y las cien-
cias son resultado del feliz encuentro con la verdad completa.
Este deseo en el hoy de la posmodernidad, figura histórica en
la que arribamos a nuestro quincuagésimo aniversario, tiende a
ser conculcado o cuando menos mitigado por aspiraciones de
otra índole, reduciendo el saber a información desarticulada y
acrítica, a capacidades y a destrezas en el mejor de los casos, y
a conocimientos fragmentados e instrumentales en los más ha-
bituales. Siendo la posmodernidad portadora de una amalgama
de deseos, legítimos no pocos de ellos, es ocasión oportuna para
que toda institución universitaria que pretenda ser fiel a su histo-