REVISTA
VOCES / Vicerrectoría de Investigación y Proyección
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interés no se concentra en los intermediarios, sino en examinar las formas que cobra
la persistente acción de saboteo e interpelación al orden de dominación colonial
desde una matriz política comunal.
En otros textos he reflexionado acerca de la confrontación directa y abierta contra la
dominación; en esta oportunidad quiero poner atención en las estrategias de sabotaje
y erosión de la dominación desde los lugares que no precisamente la contradicen,
o al menos no aparentemente. Sin embargo, son estas estrategias las que también
permiten por un largo tiempo las posibilidades de asegurar la vida. Tal y como
ocurre hoy en Totonicapán, la vida está asegurada porque se tiene agua que emana del
bosque comunal, por nombrar lo más obvio.
Entonces, sabemos que los mecanismos de dominación se han sofisticado,
algunas veces la violencia y la dominación es abierta y ahí es posible distinguir el
antagonismo. Pero, ¿cómo opera la dominación, cuando no es violenta?, ¿cuáles
fueron las condiciones políticas en las comunidades para que esto fuera posible?
A continuación presento una aproximación que da cuenta de que la dominación
cotidiana es continuidad de la violencia directa.
En Totonicapán, la alcaldía indígena había sido la institución desde donde se
organizó uno de los actos que fracturó el orden de mando colonial en los años
de 1820. La expresión que sigue perdurando en la memoria política de las mujeres
y los hombres de Totonicapán, y que inspira las luchas actuales es la potencia y
el despliegue de la política anticolonial, cuando en asambleas comunitarias se
declararon independientes de la colonia y de los criollos. Previo a ello, había ya
ocurrido una serie de eventos asamblearios donde se obligaba a los recolectores
de tributos a devolver los que habían cobrado, después que se había retirado la
obligación colonial de pagarlos. También es sabido que después de tan importante
rebelión ocurrió una serie de actos de represión, que iban desde el encarcelamiento
de varios de los participantes hasta la intimidación en las comunidades. Es decir, a ese
momento extraordinario de potencia política lo quisieron desmantelar con un largo
proceso de represión. No es difícil imaginar que después de la rebelión encabezada
por las comunidades y por Atanasio Tzul, Felipa Tzoc y Lucas Akiral, se redoblaran
el ejército y los mecanismos de seguridad colonial.
Segundo, en los años de 1870, en pleno proceso de régimen liberal, los
cantones organizaron un proceso colectivo para la compra de tierras. En efecto, a
partir de 1871, Totonicapán se encuentra en pleno proceso de compra de tierras para
ampliar las que poseían, gobernaban y cuidaban en la colonia. ¿Qué pensaron sobre
la compra comunal los criollos liberales y quiénes dirigían los ámbitos locales? Ellos