cual se realiza en centros de producción que se establecieron en
las ciudades.
El mundo industrial era repetitivo en un sentido cíclico,
sincronizado, uniforme y masifi cado. Se identifi ca la gran escala
como la forma de lograr ahorros, ventajas competitivas, y en
última instancia la productividad. Se acepta la competencia como
la forma de poder medir y verifi car un mejoramiento continuo,
y la búsqueda de acceso a los mercados masifi cados, como la
forma de lograr el desarrollo. El crecimiento del establecimiento
fabril demandaba no solamente de recursos fi nancieros, sino de
un creciente número de personas que era empleada como recurso
humano.
En su mayoría, los nuevos empleados al inicio de la era industrial
eran personas que emigraban del campo a la ciudad, abandonando
sus lugares de origen rurales y sus familias ampliadas. La mayoría
de materias primas se importaban de ultramar, donde la mano
de obra era más barata, y ello provoca el colapso fi nanciero de las
granjas y las plantaciones americanas y europeas. Adicionalmente,
se reconocen en esa época los derechos del hombre y la
emancipación del hombre de toda obligación servil, lo que implicó
asimismo la necesidad de los terratenientes de tener que emplear
en la agricultura a la mano de obra que antes se daba por sentada,
provocando una parálisis en la economía agrícola tradicional. Los
salarios del campo no llegaban a competir con los de la ciudad, y se
inicia un fuerte fenómeno migratorio urbano. Se introduce de esa
forma el concepto de trabajador asalariado que era desconocido en
la civilización agrícola.
Finalmente Toffl er indica que la llegada de la “tercera ola”
puede identifi carse a mediados de los años 50 del siglo XX,
cuando por primera vez los trabajadores de servicios en Estados
Unidos superan a los trabajadores industriales. Asimismo, cuando
el modelo de acumulación industrial se sustituye en el centro,
por el desarrollo de las tecnologías de la información y de las
comunicaciones, y por otras nuevas biotecnologías y tecnologías
de energía y de nuevos materiales.
JUAN JOSÉ MORALES RUIZ
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