solamente lo son por sus carencias de capital físico y humano frente 
a los países desarrollados, sino adicionalmente porque los países 
pobres utilizan sus escasos recursos con menos efi ciencia de lo que 
lo pudieran usar los países desarrollados. De esa forma, la posibilidad 
de que los países pobres alcancen niveles de desarrollo comparables a 
los de las naciones más ricas, se encuentra necesariamente asociada a 
las dinámicas de los fl ujos de las ideas y de la adopción de tecnologías 
(es decir, el cierre de la brecha digital).

El hecho que las diferencias entre las tasas de crecimiento de 

los países pobres con relación a las tasas de crecimiento de los países 
ricos haya aumentado, se hace difícil de entender en el modelo 
neoclásico de crecimiento económico, pero resulta evidente como 
un hecho natural en un mundo de “ideas”, en que la frontera 
tecnológica es un factor relevante de lo que puede lograrse como 
resultado económico de la sociedad.

De esa forma, es importante recalcar la importancia que las 

“ideas” y en general, “el tamaño de mercado” representa para el 
crecimiento económico. Adicionalmente es importante recalcar 
que estas ideas subyacen en el concepto de la urbanización, y en 
consecuencia de ciudad, que constituyen el centro de la propuesta 
de Romer, en pro de las charter cities

Las ciudades deben, en primer lugar, cumplir la fi nalidad de 

su creación, y que necesariamente se relaciona con proveer refugio 
para sostener la vida de sus habitantes. Sin embargo, las bondades 
de las ciudades exceden el de servir únicamente al sostenimiento 
de la vida; al permitirnos lograr una mayor interacción humana, y 
en consecuencia un fl orecimiento de nuevas ideas, y de esa forma 
el consecuente crecimiento económico. 

Adicionalmente, las ciudades permiten el sostenimiento de 

instituciones culturales y artísticas, que por el tamaño de mercado, 
solamente pueden existir en las áreas urbanas.

La idea central detrás del concepto económico de la ciudad es la 

capitalización de los benefi cios que la interacción humana produce. 

JUAN JOSÉ MORALES RUIZ

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