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Instituto de Investigación y Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Sociales (IIJ)

policía, durante el cual fueron arrestados, entre otros, el señor Ronald Raxcacó Reyes y 
su esposa. El 14 de mayo de 1999, el Tribunal Sexto de Sentencia Penal, Narcoactividad 
y Delitos contra el Ambiente de Guatemala, dictó sentencia condenatoria en contra del 
señor Raxcacó Reyes, sancionándolo a pena de muerte con apoyo en el artículo 201 del 
Código Penal por encontrársele culpable del delito de plagio o secuestro en grado de 
autores directos. Los recursos presentados por el señor Raxcacó Reyes fueron declarados 
inadmisibles o improcedentes, y se encontraba confinado en un establecimiento de 
máxima seguridad a la espera de la ejecución de la sentencia

120

.

Sobre este caso, la Corte resolvió que Guatemala:

c.1) Violó los derechos consagrados en el artículo 4.1, 4.2. y 4.6 de la CADH, en relación 
con los artículos 1.1 y 2 de la misma, en los términos de los párrafos 54 a 90 de la 
sentencia, porque de acuerdo con la disposición 4.2 ningún Estado puede aplicar la 
pena de muerte respecto de delitos para los cuales no estaba previamente contemplada 
por la legislación interna, y la modificación introducida por el Decreto legislativo 81-
96 al tipo penal de plagio o secuestro, artículo 201 del Código Penal, trae consigo una 
«extensión» de la aplicación de la pena de muerte, porque la acción de dar muerte no se 
hallaba abarcada por el tipo penal, que protege la libertad individual, no la vida, y prevé 
la imposición de la pena de muerte al secuestrador. El 

nomen iuris del plagio o secuestro 

permaneció inalterado desde el momento que Guatemala ratificó la Convención (1978), 
y con la reforma de 1996, se desatiende la norma 4.2

constituyendo una privación 

arbitraria de la vida, establecida en el artículo 4.1. de la Convención. El Estado también 
transgredió el precepto 4.6., en relación con las normas 1.1 y 2 de la misma porque no 
existe el indulto en Guatemala (situación que se conoció y resolvió también en el caso 
de Fermín Ramírez). 

c.2) Transgredió el derecho a la Integridad personal consagrado en el artículo 5.1 y 5.2 
de la CADH, en relación con el artículo 1.1 de la misma, en los términos de los párrafos 
93 a 102 de la sentencia, ya que el Estado de Guatemala mantuvo al señor Raxcacó 
Reyes en condiciones de hacinamiento, con falta de ventilación y luz natural, sin cama 
para su reposo ni medidas adecuadas de higiene, en aislamiento e incomunicación o con 
restricciones indebidas al régimen de visitas, en violación del derecho a la integridad 
física, psíquica y moral, constituyendo un trato cruel, inhumano y degradante.

120 

Corte Interamericana de Derechos Humanos, «Pena de muerte», 

op. cit., p. 6, fecha de consulta: 10 de 

octubre de 2018.