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Instituto de Investigación y Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Sociales (IIJ)

El 6 de marzo de 1998 se emitió sentencia condenatoria en contra del señor Fermín 

Ramírez por el delito de asesinato; a juicio del Tribunal, en cuanto a las circunstancias 

agravantes del delito, quedó establecido que el asesinato en contra de la menor de 

edad Grindi Jasmín Franco Torres se cometió con la mayoría de los elementos propios 

del delito que se le imputó, como alevosía, premeditación conocida, ensañamiento e 

impulso de perversidad brutal, abuso de superioridad, despoblado, menosprecio a la 

víctima y el artificio para cometer el delito al haberle ofrecido Q20 para que le hiciera 

un mandado. El señor Fermín Ramírez fue sancionado a pena de muerte. El 27 de julio 

de 1999 el condenado presentó recurso de gracia, el cual fue denegado el 2 de junio del 

2000. El señor Fermín Ramírez permaneció más de siete años privado de su libertad, en 

condiciones carcelarias que afectaron su salud

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Respecto del caso, la Corte resolvió que Guatemala:

b.1) Violó el derecho a las garantías judiciales consagrado en el artículo 8.2.b) y 8.2.c) de 

la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 de la 

misma, en los términos de los párrafos 62, 63, 65, 66 a 68, 70 a 76 y 78 a 80 de la sentencia, 

porque el Tribunal de Sentencia violó el principio de coherencia o correlación entre acusación 

y sentencia, en virtud de que el señor Fermín Ramírez fue inculpado, habiendo tenido el 

Tribunal por establecidos hechos que no fueron considerados en la acusación ni en el auto de 

apertura a juicio. Por lo que se le privó al acusado del derecho a defenderse específicamente de 

aquellos hechos y circunstancias que determinaron, no solo la acreditación de la existencia del 

hecho y su participación en él, sino además las circunstancias que podían agravarlo, como el 

caso de mayor peligrosidad, la cual fue determinante para la imposición de la pena. Derivado 

de lo anterior, la sentencia resultó arbitraria por violar las estrictas normas procesales previstas 

para la imposición de la pena de muerte.

b.2) Transgredió el principio de legalidad consagrado en el artículo 9 de la CADH, en 

relación con el artículo 2 de la misma, en los términos de los párrafos 81 y 90 a 98 de 

esta sentencia, porque el artículo 132 del Código Penal de Guatemala establece como 

sanción aplicable al autor de privación de libertad de 25 a 50 años de prisión o la pena 

de muerte, y esta será aplicada en lugar de la prisión si se revela una mayor peligrosidad 

del agente determinable según las circunstancias del hecho y la ocasión, la manera 

de realizarlo y los móviles. La Corte Internacional estima que la peligrosidad es una 

expresión del ius puniendi sobre la base de las características personales del agente y no 

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Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso Fermín Ramírez vs. Guatemala, sentencia de 

fecha 20/06/2005.