13

La pena de muerte en Guatemala: un análisis íntegro y armónico conforme el derecho interno e internacional

Garofalo, citado por Alejandro Rodríguez, estimaba que la eliminación mediante la pena 
de muerte de los delincuentes es la única pena racional, porque su fin es la conservación 
del organismo social mediante la extirpación de sus miembros inadaptados

33

.

1.3.5 Razón organicista 

Luis Rodolfo Ramírez García, citando a Santo Tomás y Alfonso de Castro, enuncia la 
siguiente postura: «De la misma manera como el cirujano amputa el brazo para que no se 
extienda la infección al resto del organismo, así también se debe eliminar al delincuente 
para evitar que contamine a la sociedad»

34

.

Además de los raciocinios citados, José Francisco de Mata Vela y Héctor Aníbal de León 
Velasco

35

, manifiestan el siguiente:

1.3.6 Razones económicas

El Estado no debe gastar en alimentación, vestido y alojamiento de los criminales 
condenados a pena de muerte. 

1.4 TEORÍAS ABOLICIONISTAS DE LA PENA DE MUERTE 

1.4.1 Contra la teoría de la retribución 

La pena de muerte no se puede fundamentar en aspectos religiosos que ni siquiera son 
vigentes en la actualidad para dicho sistema, el cual no es fundante del derecho. Y este no 
puede justificar la pena de muerte en retribución o igualdad del mal ocasionado porque 
se reduciría una disciplina objetiva a un concepto de venganza, que es un término no 
científico ni de valor ni utilidad social.  

1.4.2 Contra la teoría de la prevención especial 

No se puede imponer pena de muerte sobre la base de un hecho futuro e incierto que 
no se ha cometido por una persona perteneciente a una «raza criminal» o la categoría 

33 

Rodríguez, Alejandro, 

La pena de muerte en Guatemala, op. cit., p. 60. 

34 

Ramírez García, Luis Rodolfo, «Pena de muerte», en Díez Ripolléz, José Luis y Giménez-Salinas i Colomer, 

Esther (coords.), 

Manual de derecho penal guatemalteco: Parte general, Guatemala, Artemis Edinter, 2001, p. 555.

35 

De Mata Vela, José Francisco y León Velasco, Héctor Aníbal de, 

op. cit., pp. 271-273.