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La pena de muerte en Guatemala: un análisis íntegro y armónico conforme el derecho interno e internacional

Francesco Antolisei (italiano)

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 y Carlos Fontán Balestra (argentino)

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; y, locales como 

José Francisco De Mata Vela y Héctor Aníbal De León Velasco

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, coinciden al afirmar 

que el 

ius puniendi es un derecho exclusivo del Estado, como ente soberano, de imponer 

las penas establecidas en los delitos. Empero, es importante señalar también aquellos 

elementos en los cuales se complementan los citados autores:

1) Claus Roxin, Gunther Arzt y Klaus Tiedemann afirman que el derecho penal 

no se vincula hoy a la conducta contraria a la moral, religión o las costumbres, 

sino al 

daño social que cause violando las reglas de una próspera vida en común. 

2) Francesco Antolisei expresa que la función punitiva es una manifestación 

esencial del Estado en virtud de que propone la 

tutela objetiva del ordenamiento 

jurídico, por lo que es un interés del Estado reputado en su unidad por medio 

de la autoridad judicial (no es un interés particular) indispensable para la 

convivencia y progreso social.

3) Carlos Fontán Balestra precisa que el derecho penal objetivo es el 

límite justo y 

estricto de esa facultad de imponer penas.  

Entre los límites del concepto definido, Santiago Mir Puig los fija de acuerdo con las 

concepciones políticas de España, constituido como un Estado social y democrático 

de derecho: El principio de Estado de derecho impone el sometimiento de la potestad 

punitiva al derecho, que establecerá los límites del principio de legalidad. El Estado 

social legitima la función de prevención para proteger a la sociedad, determina los límites 

de la intervención penal. El Estado democrático, que pone al derecho penal al servicio 

del ciudadano, define los límites relacionados con los principios de dignidad humana, 

igualdad y participación del ciudadano

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.

Corolario de lo anterior se infiere que el 

ius puniendi es la potestad del Estado de imponer 

penas como ente soberano, a quienes infrinjan las leyes del país, pero un poder que 

se ejerce con límites acordes a una conducta tipificada como delito y el daño social 

que se cause (principio de legalidad), pues dicha facultad no es absoluta, arbitraria ni 

discrecional, sino conforme con los parámetros que señale la misma norma jurídica 

Antolisei, Francesco, 

Manual de derecho penal, traducción de Juan del Rosal y Ángel Torio, Argentina, 

UTEHA, 1960, pp. 46-47.

Fontán Balestra, Carlos, 

Tratado de derecho penal, 2.a ed., Argentina, Abeledo-Perrot, 1970, t. I, pp. 185-192.

De Mata Vela, José Francisco y León Velasco, Héctor Aníbal de, 

Derecho penal guatemalteco, 25.a ed., 

Guatemala, Magna Terra, 2015, p. 4. 

Mir Puig, Santiago, 

Derecho penal: Parte general, 9.

a

 ed., España, Reppertor, 2011, p. 104.