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Instituto de Investigación y Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Sociales (IIJ)

si la vivienda de una persona sufre daños estructurales a raíz de la construcción de un 
paso a desnivel, no hay obligación jurídica de soportar dicha carga y por lo tanto el daño 
es antijurídico.

La justificación filosófica del daño antijurídico es básicamente la siguiente: «si los 
beneficios de las funciones administrativas alcanzan potencialmente a todos, también los 
perjuicios deben repartirse entre todos»

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. En ese sentido, todo perjuicio o detrimento 

patrimonial imputable al Estado que carezca de una justificación legal expresa será una 
lesión injusta, un daño antijurídico. La teoría del daño antijurídico significa un cambio 
radical en la manera de concebir la regulación de la responsabilidad estatal. Las corrientes 
anteriores tienen un carácter reparador (reparar el daño) pero también sancionador 
(castigar a quien lo ha causado). Si no hay un acto que amerite ser castigado por su 
ilicitud, no existe obligación de reparar; en otras palabras, el elemento sancionatorio se 
ha visto casi como una condición sine qua non de la reparación.

Este no es el caso de la responsabilidad por daño antijurídico porque se enfoca 
exclusivamente en la reparación a la víctima, sin necesidad de que se dé el elemento 
sancionador. No hay «castigo» al Estado, sino que el daño causado se reparte entre todos 
los miembros de la sociedad. Los efectos negativos del hecho dañoso se trasladan desde el 
patrimonio de la víctima hacia el del Estado, en aras del equilibrio de las cargas públicas

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En palabras de William Jiménez, «lo que importa aquí es la situación de la víctima, sus 
derechos y su condición de igualdad ante los demás antes que consideraciones acerca de 
la autoría material del daño»

81

.

La no exigencia de la ilicitud del acto dañoso constituye una ventaja para el particular 
afectado, quien ya no tiene que demostrar que el funcionario o el Estado actuaron mediando 
dolo o culpa. Lo único que tiene que probar es la existencia de un daño antijurídico –es 
decir, que no tenga un deber jurídico de soportar– y que el mismo sea imputable a un acto 
estatal (nexo causal). Por esa razón, se dice que «la responsabilidad fundada en el daño 
antijurídico constituye un avance en el reconocimiento de derechos y garantías de todo 
individuo […] como producto de los preceptos del Estado Social de Derecho»

82

.

79 

ibidem, p. 65. 

80 

idem. 

81 

Jiménez, William Guillermo, op. cit., p. 75. 

82 

Nader Orfale, Rachid Farid, op. cit., p. 67.