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Instituto de Investigación y Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Sociales (IIJ)

4. El régimen español de responsabilidad patrimonial estatal se basa en la teoría del 

daño antijurídico y es considerado como uno de los más garantistas en el mundo. 
Se trata de una responsabilidad regulada por el derecho administrativo, imputable 
por hecho propio y de carácter objetivo. Este sistema, que rige en España desde 
1954, se encuentra establecido a nivel constitucional y cuenta con una regulación 
legislativa comprehensiva que ha sido completada y desarrollada a través de una 
extensa jurisprudencia. Sin embargo, su carácter objetivo ha sido duramente 
criticado por algunos sectores de la doctrina, bajo el argumento de que se presta a 
la inseguridad jurídica. 

5. Los regímenes de responsabilidad patrimonial estatal de Guatemala y España se 

pueden considerar como diametralmente opuestos en muchos sentidos. Mientras 
que el sistema guatemalteco está regulado por el derecho civil, el español pertenece 
al ámbito del derecho administrativo. Asimismo, el régimen guatemalteco establece 
una responsabilidad de culpa objetivada, mientras que el español es completamente 
objetivo, con base en la teoría del daño antijurídico. Un elemento en que no existe 
mucha diferencia, al menos para efectos prácticos, consiste en su carácter directo. 
Mientras que el régimen español es de responsabilidad directa porque se atribuye por 
hecho propio, en Guatemala el carácter directo se debe a que la responsabilidad es 
solidaria, aunque sea por hecho ajeno. 

6. Con base en el análisis doctrinario, normativo y de derecho comparado realizados en 

este trabajo de investigación, se formulan tres propuestas alternativas, que podrían 
aplicarse sucesivamente, para fortalecer y actualizar el régimen de responsabilidad 
patrimonial del Estado de Guatemala. 

6.1 La primera propuesta se limita a llevar a cabo cambios mínimos para que el 

régimen actual de responsabilidad civilista, solidaria y de culpa objetivada se 
aplique debidamente y se garantice la seguridad jurídica. Para ello, sería necesario 
expulsar del ordenamiento jurídico al segundo párrafo del artículo 1665 del 
Código Civil, a través de una sentencia de inconstitucionalidad de carácter 
general o bien mediante la derogación legislativa expresa. Asimismo, sería 
recomendable llevar a cabo campañas de capacitación a los operadores de justicia 
y a la comunidad jurídica en general para dar a conocer el criterio de la Corte de 
Constitucionalidad establecido en el expediente 890-2004, con el objetivo de que 
se fije como el parámetro idóneo de aplicación en esta materia.