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LUIS ANDRÉS LEPE SOSA
La Declaración sobre el Progreso y el Desarrollo en lo Social precisaba, en
1969, que es necesaria “la eliminación del hambre y la malnutrición
y la garantía del derecho a una nutrición adecuada”.
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Así mismo, la
Declaración universal sobre la erradicación del hambre y la malnutrición,
aprobada en 1974, dice que toda persona tiene el derecho inalienable de
ser liberada del hambre y de la malnutrición para poder desarrollarse
plenamente y conservar sus facultades físicas y mentales.
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En 1992, la Declaración mundial sobre la nutrición reconocía también que
“el acceso a una alimentación nutricionalmente adecuada y sana es un
derecho universal”.
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Se trata de afi rmaciones muy claras. La conciencia pública ha hablado
sin ambigüedades. No obstante, millones de personas están marcadas
todavía por los estragos del hambre y de la malnutrición o por las
consecuencias de la inseguridad alimentaria.
¿Radica la causa en la carencia de alimentos? Absolutamente no. Está
reconocido, generalmente, que los recursos de la tierra, considerados
en su totalidad, pueden alimentar a todos sus habitantes.
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En efecto, los
6 Organización de las Naciones Unidas. Declaración sobre el Progreso y el Desarrollo en
lo Social. Proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución
2542 (XXIV) del 11 de diciembre de 1969, II, art. 10b.
7 Organización de las Naciones Unidas. Conferencia Mundial de la Alimentación.
Roma, 16 de noviembre de 1974, n. 1.
8 Food and Agriculture Organization - Organización de las Naciones Unidas para
la Agricultura y la Alimentación y Organización Mundial de la Salud. Conferencia
Internacional sobre Nutrición, Declaración Mundial sobre Nutrición, Informe fi nal de la
Conferencia, n. 1. Roma 1992.
9 Food and Agriculture Organization - Organización de las Naciones Unidas para
la Agricultura y la Alimentación. Necesidades y recursos. Geografía de la agricultura y la
alimentación, Roma, 1955. Pág. 16: “El promedio de calorías diarias disponibles es de 2700
por persona en el mundo entero, sufi ciente para satisfacer las necesidades energéticas
de todos. Sin embargo, los alimentos no se producen ni se distribuyen equitativamente.
Ciertos países producen mayor cantidad de alimentos que otros, si bien los sistemas de
distribución y el ingreso familiar determinan la accesibilidad de los alimentos”.