sustento durante el internamiento, bajo una ayuda social que al estar 
plasmada en los reglamentos les garantizaría a los reos esos derechos 
fundamentales a una vida digna y a su reeducación y encontrarían una 
nueva oportunidad de desarrollo personal. 

Al reglamentarse las actividades, hasta los propios elementos 

de la guardia del Sistema Penitenciario mejorarían en su estructura 
orgánica y jerárquica, debido a que estarían en capacidad de conocer 
mejor sus atribuciones y prohibiciones como empleados públicos y 
desempeñarían sus actuaciones en base a las reglamentaciones legales. 
Asimismo, las personas reclusas colaborarían más para una convivencia 
digna y pacífi ca, con la seguridad que el paso por el castigo penal les 
brindará una reeducación y la verdadera reinserción a la sociedad. 
Además, el control de la violencia, las extorsiones y los abusos del 
Estado sobre la población reclusa, reduciría considerablemente el 
resentimiento social hacia las autoridades.

Todo lo expuesto en este apartado se sustenta con lo que se hizo 

constar en el II Seminario sobre Prevención y Abordaje de la Tortura, 
Tratos o Penas Crueles, Inhumamos o Degradantes en las Cárceles 
de Guatemala, realizado del 17 al 19 de octubre de 2005, en el cual se 
afi rmó que: 

 

“la seguridad y el orden no se imponen sólo a través de medidas coercitivas; 
el uso de la fuerza dentro de las cárceles debe ser el último recurso, como 
en cualquier otro lugar dentro de una sociedad democrática. La seguridad 
y el orden internos pueden también lograrse a través de un mayor grado 
de convivencia armónica, impuestos no por la fuerza, sino por el consenso 
entre los depositarios del poder –en este caso, autoridades carcelarias– y los 
factores reales de poder –en este caso, grupos de internos–. Tal consenso 
no signifi ca que las autoridades deben legitimar o tolerar el ejercicio de 
poderes ilegales o delictivos de los internos; la búsqueda de armonía debe 
limitarse a la fi nalidad de mantener la tranquilidad dentro de las prisiones, 
un objetivo común de las autoridades y de las personas encarceladas y que 

M.A. SONIA ANNABELLA GIRARD LUNA 

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