conformados por civiles, lo que demanda una autoridad legítima y
capaz de solucionar las controversias.
3
Ahora bien, al respecto cabe hacer una refl exión. El pueblo
tiene derecho de emitir su opinión, ya sea en forma individual o en
su conjunto, sobre el buen o mal proceder del gobierno que en su
momento se encuentre en funciones, opinión a la que se suman en
muchas ocasiones los medios. De tal manera se constituye en un
poder bastante fuerte en muchas ocasiones a favor o en contra de las
autoridades de turno. La participación de la ciudadanía, entonces,
no se contrae únicamente a la elección mediante sufragio de dichas
autoridades que con su voto ha colocado en el lugar que en su
momento funge, sino que también es fi scalizador de dicha actuación.
4
Existen hoy día algunos grupos de interés y/o de presión,
representativos de determinados sectores o ideologías que en diversas
sociedades han tomado protagonismo. Por ello, el presente trabajo
tiene por objeto analizar la actuación dentro del ejercicio democrático
de estas agrupaciones, especialmente en el contexto guatemalteco,
teniendo en cuenta y como premisa fundamental, que en palabras de
Scheed “no hay un orden político que sea universalmente el mejor”.
5
El presente trabajo hace un análisis general de los grupos de
interés y de presión dentro del contexto guatemalteco, así como del
particular caso del sindicalismo en Guatemala, para fi nalmente hacer
un énfasis en la necesidad de que toda asociación humana tenga a la
persona, su bienestar y desarrollo como punto focal de su existencia.
3
Cfr. Fernández, Aurelio. Ética social. Editora Social y Cultural. España, 1994.
pp. 120-121.
4
Cfr. Scheed, F.J. Sociedad y sensatez. 2ª. edición. Herdez. Barcelona, 1979. pp. 184-185.
5
Ibid. p. 171.
“GRUPOS DE INTERÉS Y DE PRESIÓN EN GUATEMALA”
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