IV. CONCLUSIONES
1. La globalización o mundialización, concebida inicialmente
como un fenómeno económico, ha traído consigo una serie de
efectos, tanto positivos como adversos, en diversos aspectos de
la vida humana (social, político, cultural, étnico, etc.), algunos
de los cuales escapan del control del Estado, lo que ha incidido
en el aparecimiento de abusos en detrimento de los sectores
más vulnerables, empobreciéndoles y debilitándoles aún más,
y ante la impotencia del Estado de garantizarles su protección y
defensa, debido a su propio debilitamiento ante dicho fenómeno,
hace urgente un replanteamiento del Estado de Derecho actual,
posiblemente reforzado en la integración, que le permita cumplir
las funciones que constituyen su razón de ser.
2. Debido a la situación actual de la Organización de las Naciones
Unidas, podría ser recomendable su refundación o la creación de
una nueva organización que cumpla los objetivos de esta, con el
agregado que responda a las necesidades imperantes de un mundo
globalizado, con sus benefi cios y problemática resultante, donde
el centro no sea el poder de unos cuantos, sino el hombre como
tal, su desarrollo, el pleno respeto a su dignidad y sus derechos.
3. El nuevo modelo de organización internacional, cuyo objetivo
sería la regulación del moderno orden mundial internacional,
deberá estar dotado de una serie de elementos y características que
hagan viable su fi n, para cuyo efecto se requiere que los Estados
colaboren con ese nuevo estado de cosas, cediendo parte de su
soberanía, a efecto de blindarle de fuerza y efi cacia, dando a todas
las naciones del mundo en un plano de igualdad real, voz y voto
en las decisiones fundamentales, especialmente las que les afecten
directamente como Nación.
4. Finalmente, hay que estar conscientes que la supresión de un
organismo internacional o su reforma no constituye una receta
“EL SER HUMANO ANTE LA GLOBALIZACIÓN”
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