principios de subsidiariedad
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y solidaridad;
34
en todo ello se reconoce
que su fi n último es ayudar a la persona a alcanzar su desarrollo como
tal, tanto en el ámbito personal como social o colectivo.
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Sin embargo, y como ya se ha indicado antes, la historia ha
demostrado que la globalización y su problemática han superado las
capacidades de los Estados y de los entes internacionales, de los que
se habla hoy día como instituciones colapsadas, por su insufi ciencia
para hacer frente a la oleada de circunstancias que devienen tanto del
comercio como de la cultura, la educación, el desarrollo y sus nuevas
tecnologías, así como de las nuevas formas delincuenciales, que
al igual que el comercio, se han globalizado, por lo que se requiere
de los Estados organizados y de los organismos internacionales una
nueva propuesta que garantice al ser humano la satisfacción de las
necesidades más urgentes, sobre todo las relativas a la seguridad y la
paz del mundo entero, de donde se deriva la necesidad de atender en
el orden del bien común universal dichas necesidades.
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Principio de subsidiariedad: Es aquel que se opone al colectivismo que traza los límites
de la intervención del Estado, tratando de armonizar las relaciones entre individuos
y sociedad, además de tender a establecer el orden internacional. / Cfr. Juan Pablo II.
Catecismo de la Iglesia Católica. Conferencia Episcopal de Colombia. Colombia, 1992.
N. 1883.
34
La solidaridad es el estilo y el medio para la realización de una política que quiera mirar
al verdadero desarrollo humano. Esta reclama la participación activa y responsable
de todos en la vida política, desde cada uno de los ciudadanos a los diversos grupos,
desde los sindicatos a los partidos. Juntamente, todos y cada uno, somos destinatarios y
protagonistas de la política. / Juan Pablo II. Exhortación Apostólica Christifi deles laici. N. 42.
35
Cfr. Concilio Vaticano II. Op. cit. pr. 74.
36 Cfr.
Lobo.
Op. cit. pp. 364-367.
M.A. PATRICIA JIMÉNEZ CRESPO
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