II. EL HOMBRE COMO FIN DE TODAS LAS
INSTITUCIONES HUMANAS
A. Dimensión social del ser humano
La naturaleza humana se caracteriza por una serie de factores
que le identifi can como tal. La dimensión social propia de la raza
humana constituye un llamado hacia su perfección, pero no es un
llamado aislado, sino en sociedad, por lo que se puede afi rmar que
“por su íntima naturaleza […] no puede vivir ni desplegar sus cualidades sin
relacionarse con los demás”.
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Lo anterior permite afi rmar que no le es posible alcanzar la
perfección humana en solitario, necesita de otros para dar y recibir
en distintos aspectos y etapas de su vida con el fi n de desarrollarse,
de crecer como ser humano; ahora bien, la realidad demuestra que
dicho crecimiento no se concreta tan solo al aspecto materialista como
una realidad innegable del hombre, como lo es la satisfacción de
necesidades básicas, tales como comida, vestido, vivienda, servicios,
etc.; se extiende también a la dimensión espiritual (que, cabe aclarar,
no es exclusiva de la religiosidad del hombre como necesidad de
trascender, siendo entendida como una dimensión intelectual y
racional, que abarca aspectos tales como la cultura, el arte, la ciencia, el
conocimiento, las ideologías, las virtudes morales y los sentimientos,
entre otros).
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Es necesario destacar que la necesidad del ser humano de sentirse
protegido es tutelada en el ámbito del Derecho mediante la regulación
sobre la protección de su seguridad personal y la de sus bienes, y al
efecto la Constitución Política de la República de Guatemala garantiza
la protección de la persona, la vida, la libertad, la justicia, la seguridad,
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Concilio Vaticano II. Constitución Pastoral Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo
actual. Roma. 7 de diciembre de 1965. Pr. 12.
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Cfr. Lobo Méndez, Gonzalo. Persona, Familia y Sociedad. 2ª. ed. Edit. Magisterio
Español. España, 1973. Pp. 48-51.
“EL SER HUMANO ANTE LA GLOBALIZACIÓN”
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