profesores sino en hacerle capaz de argüir, defender o discrepar desde
posturas consistentes ante un oponente.
En cuanto al profesorado, lo acostumbrado era que el mismo
profesor recorriese con los alumnos todo el ciclo formativo desde la
Gramática hasta la culminación de la Teología. Los profesores jesuitas
eran, pues, docentes de un saber enciclopédico que debían preparar
cada año alistándose a transmitir nuevas materias y contenidos. Los
jesuitas en Guatemala fueron, pues, grandes profesores. Pero también
escritores: biógrafos como el P. Lobo (autor de la primera biografía
sobre el Hermano Pedro) o el P. Siria (que escribió la de la Sierva
Ana Guerra de Jesús en 1716), difusores de espiritualidad como
el P. Villalobos (autor de la famosa Novena a la Virgen de la Merced),
predicadores de panegíricos y sermones (como Domingo de Paz y
Nicolás Prieto), catequizadores como Juan Martínez de la Parra
(autor de la famosa Luz de verdades católicas en 1691, el gran catecismo
centroamericano de la época), literatos como Gutiérrez y Landívar
o escritores de relatos como el que compuso sobre la ciudad de
Guatemala el P. Vallejo
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.
Nuevamente en la época moderna, los jesuitas optaron por
ser educadores, pese a las muchas difi cultades políticas que esto
suponía. El Arzobispo buscaba profesores para su Seminario, cuna de
formación de buena parte del clero centroamericano: los jesuitas se
trasladaron al Seminario y el 16 de Octubre comenzaron las clases con
70 alumnos. Pero además, desde el principio, los jesuitas insistieron
en que el seminario quedara abierto a jóvenes que no pensaban en el
sacerdocio, jóvenes laicos. Por eso se llamaba Colegio-Seminario. Era
una opción clara a favor del trabajo educativo, en tiempos difíciles para
los centros de enseñanza de la Iglesia; se trataba de una oportunidad
17 LUJÁN MUÑOZ, Luis. “Una desconocida descripción de la ciudad de Guatemala
en el siglo XVIII, hecha por el jesuita José Ignacio Vallejo”, Anales de la Academia de
Geografía e Historia de Guatemala, Año LIII, Tomo LIII, Enero-Diciembre 1980, Págs.
137-158.
TRADICIÓN JESUITA EN GUATEMALA: UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICA
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