los mejores efectivos. El modelo pastoral de los jesuitas no se reducía 
a la simple atención sacramental; se trataba de organizar a los laicos de 
modo permanente en las Congregaciones según intereses religiosos o 
sociales: Hijas de María, Artesanos, la Anunciata, la Sangre de Cristo, la 
Buena Muerte, del Sagrado Corazón y la de San Luis Gonzaga. 

Con la llegada de los expulsados de Ecuador, se consideró que 

era el momento de tener un templo propio de la Compañía y en 
diciembre de 1852 lograron de la Santa Sede la concesión de la Iglesia 
de La Merced, casi abandonada por los PP. mercedarios. Allá llegaron 
a funcionar siete Congregaciones y desde ellas se impulsaron obras 
sociales como la Casa de Huérfanas o el Colegio de Niñas

Resultado de todo este trabajo fueron las vocaciones a la Compañía, 

sobre todo de jóvenes que estudiaban en el Colegio. Era tiempo de 
establecer un Noviciado en Guatemala en el antiguo convento de los 
Betlemitas (después Instituto Normal de Señoritas). 

Pero desde fi nes de 1852 los jesuitas extendieron su campo de 

operaciones al mundo rural e indígena. Primero, como acompañantes 
en las visitas pastorales del Arzobispo. Pronto el P. García entró en 
contacto con el mundo maya en Quetzaltenango y Totonicapán. 
Desde 1853, las misiones se extendieron a San Raimundo, San Juan 
Sacatepéquez, Huehuetenango, San Marcos, Tecpán, San Martín 
Jilotepeque y Pinula. En 1855 se optó por la Costa del Pacífi co y en 1856 
le tocó el turno a la Baja Verapaz. Un año después los jesuitas llegaron 
al Oriente: Chiquimula y Zacapa. En las vísperas de la expulsión, 
misionaban en San Miguel y Santa Inés Petapa, Chimaltenango, 
Patzún y Patzicía. 

Como resultado de todas estas expediciones, la Compañía se 

estableció fi rmemente en comunidades estables en Livingston en 1856 
y un año después en Quetzaltenango. En Quetzaltenango se ubicaron 
en la iglesia de San Nicolás que pronto ampliaron y recorrieron en 
misión las comunidades de la zona. El antioqueño P. Posada fue 

TRADICIÓN JESUITA EN GUATEMALA: UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICA 

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