Pero también hay que reconocer a esta generación su cercanía con el 

pueblo sencillo al que mayoritariamente se dedicaron. Nunca los jesuitas 
hemos estado más cercanos al pueblo sencillo de Guatemala, incluso 
en los lugares más “profundos” de nuestra geografía. Además de las 
ciudades, son muchos los pueblos de Guatemala que aún conservan 
vestigios de aquellos misioneros que les visitaban con frecuencia, les 
predicaban y reconciliaban con Dios. 

La situación favorable para la Compañía cambió a partir de 

abril de 1865 cuando muere el Presidente Rafael Carrera y dos años 
después, el Arzobispo. Ese mismo año tenía lugar el levantamiento del 
General Serapio Cruz, al que pronto se unirá Justo Rufi no Barrios

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En 1871 la revuelta se generalizó desde Los Altos y los revolucionarios 
tomaron la ciudad de Quetzaltenango. Uno de los soldados ingresó 
al Colegio, y después de sustraer algunas pertenencias, atacó a los 
Padres. El 12 de agosto de 1871, Barrios decretó la expulsión de 
los jesuitas de Quetzaltenango, que abandonaron la ciudad a la 
madrugada. La decisión ya había sido tomada y el 2 de septiembre 
Granados comunicó idéntica expulsión de los jesuitas de la ciudad 
de Guatemala. El 4 de septiembre, salían 76 jesuitas al Puerto de San 
José bajo el control del Coronel Aceituno y del Comandante Rendón, 
mientras la ciudad permanecía en estado de sitio. A ellos se unirían 
más tarde los miembros de la comunidad de Livingston. Así concluía 
la etapa moderna de la Compañía en Guatemala. 

MILLER, Hubert J. La Iglesia y el Estado en tiempo de Justo Rufi no Barrios, Universidad 
de San Carlos de Guatemala, Editorial Universitaria, Guatemala, 1976. IBID. “La 
expulsión de los jesuitas de Guatemala en 1871”, Estudios, Guatemala, 5, 1972 Págs. 
37-56.

P. JESÚS MANUEL SARIEGO RODRÍGUEZ, S.J. 

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