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Ana Patricia Castillo Huertas
Revista Estudios Sociales n.
o
83, ISSN 1409-4819, pp. 27-50
Otro factor que presionó la copropiedad, expresada en las escrituras
registradas, fue la venta de tierras recién regularizadas. De nuevo, la
incidencia política de las mujeres puso en evidencia que era más fácil vender
las tierras cuando solamente los hombres figuraban como propietarios. Esta
es precisamente la experiencia de las mujeres de Ixcán, la cual se recoge en
páginas posteriores. La acción organizada de las mujeres ha sido la manera
más importante de frenar la venta de tierras en la Franja Transversal del
Norte, ya que no han existido medidas institucionales para evitar que la
regularización de la tenencia de la tierra facilite la mercantilización de las
parcelas; como ha sucedido especialmente en Petén, Izabal, y en alguna
medida, en Alta Verapaz.
El Programa de Arrendamiento de Tierras, que brinda créditos y subsidios
de manera prioritaria a las mujeres, es otro mecanismo para acceder al uso de
la tierra. Según información del Fondo de Tierras, en este programa participa
un total de 293 854 mujeres, que equivalen al 55.42 % del total de participantes
(cuadro 5).