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Centroamérica: la agricultura familiar en el desarrollo territorial
Revista Estudios Sociales n.
o
83, ISSN 1409-4819, pp. 1-26
Durante la última década, en Centroamérica, la agricultura familiar
ha cobrado importancia debido a la preocupación por la persistencia de
la pobreza, y la seguridad alimentaria de los sectores más desfavorecidos,
pero también por el creciente reconocimiento de su relevancia para la
conservación de la biodiversidad, sobre todo frente a la crisis del cambio
climático. Esto coincide con una revalorización a nivel internacional, en
la que se reconoce que los pequeños productores manejan más del 80 %
del estimado de quinientos millones de pequeñas explotaciones agrícolas,
a nivel mundial; proporcionan más del 80 % de los alimentos consumidos
en una gran parte del mundo en desarrollo; contribuyen de manera
significativa a la reducción de la pobreza y la seguridad alimentaria
2
.
Otros elementos que han reposicionado a la agricultura familiar,
en la agenda política, están relacionados con el resurgimiento de las
reivindicaciones campesinas e indígenas frente a los tratados de libre
comercio, así como las acciones de defensa del territorio ante el incremento
de inversiones y megaproyectos. En 2014, la celebración del Año
Internacional de la Agricultura Familiar permitió revitalizar la actividad de
incidencia política de diversas organizaciones campesinas de la región hacia
los gobiernos nacionales y el Sistema de la Integración Centroamericana
(SICA). La agenda de incidencia de las organizaciones campesinas se ha
enfocado en la problemática de la soberanía alimentaria y la agricultura
familiar campesina, como las dimensiones de un modelo propio, «milenario
y sobreviviente», basado en la cohesión familiar y comunitaria. Incluye un
conjunto de reivindicaciones como el control de decisiones sobre el uso
de los bienes naturales, agua, tierra, protección de la biodiversidad y las
semillas nativas, bajo prácticas sostenibles, con énfasis en la agroecología.
Una agenda que se contrapone a los privilegios que, durante décadas, ha
tenido el modelo de la agroexportación y los agronegocios.
Tanto la dinámica de los cambios económicos, ambientales y
climáticos como las reivindicaciones de los actores de la agricultura
familiar, demandan políticas integrales; pero además, plantean estilos de
investigación interdisciplinarios y más articulados a las agendas campesinas
e indígenas, con metodologías horizontales que integren a dichos actores
en la producción de conocimiento y lo enlacen con la discusión de las
políticas públicas. Una aproximación integral a la agricultura familiar desde
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International Fund for Agricultural Development y United Nations Environment
Programme, Smallholders, food security, and environment (Roma: International Fund for
Agricultural Development, 2013), 6.