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Ana Victoria Peláez
Revista Estudios Sociales n.
o
82, ISSN 1409-4819, pp. 27-77
La carencia de una institucionalidad de apoyo deja a los productores
a merced de los proveedores de agroinsumos, posiblemente con poca
información para poder elegir. La necesidad de asistencia técnica fue
evidente en los cuatro casos y, más allá de lo mencionado por los productores,
es importante considerar la importancia de contar con infraestructura de
servicios de apoyo en innovación, uso de semillas mejoradas, cuidado del
cultivo y comercialización. Así también, facilitar el acceso a nuevos mercados
–por ejemplo, contacto directo con exportadores–.
En cuanto a los servicios financieros, los productores financian sus cultivos
con ahorros y, en pocos casos, con préstamos familiares; pero son muy pocos
quienes acuden al mercado formal, por varias razones, como el costo de un
préstamo frente a la incertidumbre de lograr la cosecha y la complejidad de
los trámites y requisitos. Esto revela la necesidad de contar con productos
financieros
ad hoc
para microproductores, que cuenten con el respaldo de un
seguro agrícola para evitar o mitigar pérdidas económicas en caso de heladas,
sequías, caída de precios u otros eventos negativos.
La falta de asociatividad es evidente incluso en las prácticas de cultivo
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, pues
generalmente son cultivos personales o familiares, además de la mencionada
carencia de grupos organizados con fines de fortalecer la agricultura, tales como
cooperativas o asociaciones de productores. Muchos productores mencionan
como razón un desinterés, pero también se observó cierta desconfianza. En
este sentido se presenta un reto, sobre todo para las autoridades locales, en
cuanto a promover espacios e incentivos para la asociación de productores,
de tal manera que posteriormente estén en condiciones de autogestionar las
mismas necesidades que reconocen tener.
4.4 Oportunidades y retos para el crecimiento de la cadena
Si bien la producción de hortalizas en el territorio enfrenta limitaciones,
hay fortalezas que podrían potenciarse y aprovechar para promover más la
producción y generar valor. Entre ellas se citan las siguientes:
• Acceso a mercados.
• La actividad turística del territorio.
• La institucionalidad gubernamental: los servicios de extensión rural.
• Innovación.
• Marca de territorio.
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En algunas regiones del país existe la práctica de trabajar «a medias», una especie de sociedad
agrícola en la que dos productores aportan para un cultivo. Por ejemplo, uno puede facilitar
el terreno y otro, la fuerza de trabajo; o bien uno aporta el terreno y otro, insumos, etc.