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Ana Victoria Peláez
Revista Estudios Sociales n.
o
82, ISSN 1409-4819, pp. 27-77
cooperación que puedan sugerir valor a la cadena. En general, llama la atención
la poca presencia de instituciones y, por lo tanto, su escasa influencia como
actores en las cadenas.
Los transportistas son actores importantes en la fase de comercialización.
Por lo general son los mismos productores quienes llevan el producto al
mercado mayorista, ya sea en vehículo propio o alquilado. Hay casos, menos
frecuentes, en que el producto es trasladado en transporte público, dado
que son cantidades pequeñas; o bien, productores que se convierten en
acopiadores para distribución en el mercado mayorista.
La importancia del consumidor como actor en la cadena se observa en dos
aspectos: el primero, como actor anónimo interesado en la calidad y tamaño
del producto, pero también en el precio. El otro aspecto es en relación con
negocios que sirven alimentos (hoteles y restaurantes del territorio), dado
que demandan estos productos.
Las instituciones gubernamentales (MAGA y Ministerio de Economía),
gobiernos locales y organizaciones de desarrollo, son actores que deberían
estar presentes en el territorio; sin embargo, la mayoría de productores
indicó que han trabajado solos.
Un actor escasamente mencionado es la academia. Se mencionó en un par
de casos la presencia de la Universidad de San Carlos y la Universidad Rafael
Landívar como instituciones que facilitaron procesos de capacitación.
4.2 Gobernanza de la cadena
En las cuatro cadenas analizadas se observa que están definidas alrededor
de los distribuidores mayoristas. No se observa una integración vertical en
la cual haya un solo comprador que defina precios, pero sí una especie de
círculo cerrado en los mercados al mayoreo.
Como ocurre en los productos agrícolas en Guatemala, los productores
están sujetos a lo que se defina en las etapas de distribución y venta del
producto; su margen de maniobra es reducido y, si bien compiten buscando
un producto con la mejor calidad que puedan, no se cuenta con mecanismos
para gestionar una cadena que asegure la recuperación de lo invertido por el
productor. Hay productos –como el tomate y el aguacate, por ejemplo– que
inesperadamente pueden ser afectados por la entrada de producto mexicano,
que provoca una baja en los precios.
El marco de leyes e instituciones del país no tiene la suficiente capacidad
como para influir en los ciclos de cultivo y procesos de venta. Por ejemplo, el