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Las cadenas de valor ¿oportunidades para los más pobres?
Revista Estudios Sociales n.
o
82, ISSN 1409-4819, pp. 27-77
El cultivo de ejote requiere acceso a agua, pues uno de los aspectos clave
es el riego para poder obtener un producto de calidad y un buen rendimiento
del cultivo. Básicamente ocupa cuatro momentos: preparación de semillas,
preparación del terreno, siembra y cuidado. Finalmente llega el momento
del corte.
En el transcurso de los cuatro momentos mencionados se realizan las
siguientes tareas: trazo, limpieza de terreno, chapeo, preparación de la
tierra («picar tierra»), aplicación de abono, trazo de surcos, colocación de
camellones, ahoyado, traslado de semilla, aplicación de fertilizante, «calzar»,
«varear», fumigado, juntado, volteado. En otras palabras se limpia el terreno,
se pica la tierra, se aplica abono, se trazan los surcos y sobre ellos se colocan
los camellones (especie de lomos de tierra). Allí se trazan de nuevo agujeros
(«ahoyado») y se colocan las semillas.
Para el crecimiento de las plantas se suelen colocar postes pequeños –varas–
y alambres, de manera que se facilite la conducción de la planta mientras crece,
y de esta manera, crecer hacia arriba.
En el proceso de cultivo se realizan las limpias, que consisten en arrancar
la maleza que crece alrededor de las plantas; en este caso son manuales: 15 días
después de la siembra y una segunda, a los 20 días. Así, también la fumigación
y aplicación de fertilizante.
El riego se debe realizar antes y después de la siembra, luego de aplicar
fertilizante y, en general, una vez por semana. Hay que vigilar la planta en los
tiempos de mucho verano o sequía y regar si es necesario.
El crecimiento del ejote toma entre 45 y 65 días, según la variedad. Los
períodos de siembra prácticamente ocupan todo el año, siendo los picos de
producción más altos de enero a mayo y de noviembre a diciembre.
En el territorio, una tercera parte de los 29 productores siembra ejote
todo el año. La mayoría (80 %) emplea mano de obra familiar, principalmente
cónyuges. Solo una quinta parte (más que en los otros tres cultivos analizados)
contrata mano de obra remunerada.
Las plantaciones son, en su mayoría, individuales. Menos de la quinta
parte son proyectos familiares. Por lo general, los terrenos son propiedad
de los productores: la cuarta parte de ellos alquila el terreno y unos
cuantos siembran en terreno prestado. Generalmente se trata de pequeñas
parcelas: más del 80 % de las plantaciones tiene una extensión menor de
cinco cuerdas.