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Ana Victoria Peláez 

Revista Estudios Sociales n.

o

 82, ISSN 1409-4819, pp. 27-77

notoriamente y está vinculada tanto con la pérdida de importancia de 

la agricultura en la economía, o incluso, consecuencia de las carencias de 

infraestructura y servicios básicos en el área rural.

A diferencia de la estructura del empleo a nivel nacional –ya mencionada–, 

el sector agrícola ocupa más de la mitad de la población económicamente 

activa (PEA) rural: el 56.6 %

7

. La mayoría de la población ocupada (81.4 %) 

carece de contrato y un porcentaje mayor (85 %) trabaja en el sector informal

8

A las condiciones anteriores se suma la poca importancia del Estado 

hacia el gasto y la inversión para el desarrollo rural. Un estudio publicado 

por el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) muestra la poca 

importancia fiscal que se da a los territorios rurales: el gasto público para el 

desarrollo rural pasó de representar el 26.76 % del total nacional en el 2007 

al 21.5 % en el 2012. A ese mismo año, la inversión pública para el área rural 

correspondía a un equivalente de US$0.84 diarios (al 2012)

9

.

El modelo de desarrollo económico actual se basa en el impulso a las 

agroexportaciones, cuyos negocios están en manos de grandes inversores 

y asume los beneficios para población rural como un efecto de derrame. 

Las políticas que podrían estar orientadas al desarrollo rural constituyen 

prácticamente un residuo de las políticas comerciales; esto se refleja en la 

inversión pública, que es mayor en territorios menos pobres

10

. A pesar de 

la agenda social establecida en los Acuerdos de Paz –suscritos en 1996–, la 

inversión pública ha priorizado la dotación de infraestructura y servicios 

en la ciudad capital y la región de la Costa Sur, donde se localizan los 

principales cultivos para agroexportación (caña de azúcar, algodón y hule 

principalmente

11

) y, en paralelo, territorios más pobres –que coinciden con la 

mayoría de población indígena– muestran carencias en infraestructura vial y 

otros servicios básicos. 

7

 Icefi, Bases para el desarrollo…, 23.

8

 ibid., 23.

9

 ibid., 28.

10

 Samuel Zapil, «A mayor pobreza, menor inversión pública», Revista Estudios Sociales n.º 78 

(2015): 67.

11

 En el segundo decenio del siglo XXI, la región de la Franja Transversal del Norte (territorio 

ubicado al norte del país, ubicada entre los departamentos de Alta Verapaz y Petén), está 

experimentando una transformación productiva, incorporándose fincas productoras de 

palma africana y hule, principalmente.