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La estructura de mercados y el cambio estructural en economías pequeñas
La estructura de mercados y el cambio estructural en economías pequeñas
Revista Estudios Sociales n.
o
82, ISSN 1409-4819, pp. 1-26
por sustitución de importaciones y las reformas impulsadas por el Consenso
de Washington son las escasas ganancias de productividad y el poco impulso
a nuevos sectores intensivos en conocimiento.
Para transformar la estructura económica de Centroamérica –basada
fundamentalmente en sectores de baja productividad– es necesario contar
con cadenas de valor eficientes y, para esto, debe haber competencia, de tal
manera que se incentive la eficiencia dinámica, la reducción de costos de
producción y se promueva la innovación. La importancia de la competencia
en una economía de mercado radica en su enorme potencial para incentivar
y lograr la eficiencia, generando aumentos de productividad y, por lo tanto,
cambio en la estructura económica. Este es el vínculo virtuoso entre
estructura económica, estructura de mercados y desarrollo económico.
3. La política de competencia como reguladora de la
estructura de los mercados
Para facilitar el vínculo virtuoso entre estructura económica, estructura
de mercados y desarrollo económico, es fundamental el rol del Estado;
así también, su papel como diseñador y ejecutor de políticas públicas. Las
políticas de competencia, al igual que las políticas fiscales, de innovación, de
infraestructura, etc., en su conjunto, definen el marco en el cual los agentes
económicos determinan las modalidades de interacción que tendrán en los
diferentes eslabones de la cadena productiva. La política de competencia
puede tener varios objetivos, aunque todos ellos están relacionados: promover
la rivalidad, buscar la eficiencia, incrementar el bienestar del consumidor o
incluso, procurar el desarrollo económico.
Promover la rivalidad entre agentes económicos y entre países propicia
que las empresas compitan en el mercado; que no haya colusiones y que se
genere un proceso de competencia a través de prácticas sanas, entre las que
destacan la eficiencia y la innovación. La competencia obliga a la eficiencia
económica –otro de los objetivos de la política de competencia– en dos
sentidos: estático (para reducir costos y mantenerse en el mercado) y dinámico
(para innovar productos, mercados, servicios). El objetivo relacionado con
el bienestar del consumidor requiere admitir que la mayor competencia
no necesariamente conduce de manera automática a mayor bienestar. Esta
«paradoja» se abordará más adelante cuando se haga referencia al tamaño
del mercado, pues hay industrias que requieren mercados grandes para ser
eficientes, con lo cual, si hay muchos oferentes, queda en riesgo la calidad y
eficiencia del producto o servicio. El desarrollo económico es un concepto
muy amplio y debería ser uno de los objetivos de las políticas de competencia
que, a menudo, quienes trabajan en ello suelen hacer a un lado. Sin embargo,