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Algunos comentarios metodológicos sobre los estudios de pobreza

Revista Estudios Sociales n.

o

 82, ISSN 1409-4819, pp. 79-108

Una de las primeras ideas desarrolladas en este marco contextual, se 

encuentra ligada a la idea de carencia o privación. Bien se trate de falta o 

insuficiencia de ingresos. También puede representar un importante déficit 

en materia alimenticia o falta de acceso a vivienda,  condiciones sanitarias 

básicas y servicios de atención en salud y a la posibilidad de alcanzar algún 

nivel de educación. Todas estas se consideran necesidades básicas a cubrir.

La idea de carencia se ha citado ya en los trabajos pioneros de Rowntree y 

Booth, a quiénes se les atribuye una primera forma de mesurar una línea o umbral 

de pobreza. Dentro de esta perspectiva de privación se dan una serie de formas 

de medir

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, como sería la noción de 

mínimum vital

 esbozada en la primera parte 

del siglo XX, y que fue criticada en su momento, pues se trataba de una medida 

individual, cuando en realidad se estaban midiendo las necesidades de una 

familia con diferente número de hijos o variantes en las necesidades esenciales 

atendidas

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,  lo cual relativizaba la idea de qué era lo «mínimo».

Otra forma de medir fue definir lo que constituía las 

necesidades básicas 

que los pobres no podían satisfacer. Ante la ausencia de un esquema 

universal de necesidades, dependía del tipo de país y dentro de él, de las 

diferentes zonas o regiones. Otro criterio más fue el de «consumo mínimo» 

sobre las necesidades primarias de alimentación que deben ser cubiertas, 

las cuales podían ser calculadas a partir de modelos de menús por consumo 

calórico en relación a la edad, sexo y tipo de actividad desarrollada (que por 

nutricionistas), muchas de las cuales se establecen como forma de medida 

desde finales del siglo XIX.  

No obstante, sería en las décadas de 1960 y 1970, cuando un debate de 

gran relevancia tuvo lugar. A partir de allí quedó establecida la diferenciación 

entre pobreza absoluta y pobreza relativa. Esto cobraba particular 

significación en un contexto mundial donde el desarrollo observado por 

países había dividido a los habitantes del planeta en países del primer mundo 

(industrializado, desarrollado), los del segundo mundo (países socialistas), 

los del  tercer mundo (subdesarrollado, en vías de desarrollo o muy poco 

industrializado)

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 e incluso se habló del cuarto mundo, los más pobres de 

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 Herpin y Vergier, La pauvreté une..., 5-6.

31

 Georges Malignac, «Minimum vital et niveau d’existence des familles suivant le nombre 

d’enfants», Population, n.º 2 (1949): 249-268.

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 Estas denominaciones surgidas en la postguerra dentro de un escenario político bipolar, 

aluden a una serie de elementos no solo económicos, sino también sociales y políticos.  

Por entonces fueron planteadas distintas diadas explicativas reflejando diversas posiciones 

teóricas en ciencias sociales como: países desarrollados/subdesarrollados, países centrales/

países periféricos, países modernos/países atrasados, países colonialistas y coloniales, que en 

conjunto hablaba de un desarrollo muy desigual que estaba teniendo lugar.