Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales
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Las relaciones que surgieron a partir del Posclásico indican
un aumento de la población de las tierras bajas en la región,
debido sobre todo al colapso de las entidades políticas en la
región, evento que sucedió en un lapso de dos siglos, pero que
fue generalizado y masivo. Algunas poblaciones migraron
hacia las tierras bajas del norte, pero otros lo hicieron hacia
el sur. Estas tomaron la región de transición en la franja
transversal como un punto de frontera conforme la región
baja central se iba despoblando y las rutas comerciales
iban cambiando hacia unas nuevas. Es acá donde en la
Verapaz la población q’eqchi’ va concentrándose en la región
alrededor de Cobán y desde allí prolongándose hacia las
tierras bajas al poniente, al norte y al oriente, en zonas
habitadas por grupos de habla ch’ol. De allí que el proceso
de «q’eqchi’ización» posiblemente comenzó desde mucho
tiempo atrás a la llegada de los dominicos; las diferentes
formas de organizar sus sociedades –heterarquías de amaq’,
pero con características diferentes–.
La desaparición de los grupos ch’ol en los límites de la región
q’eqchi’, chuj, q’anjob’al, ixil y uspanteka ocurrió entre los siglos
XVI y XVII. Las epidemias que llegaron con los europeos
tenían un efecto más letal en las regiones calientes, y provocó la
desaparición de buena parte de las poblaciones que allí vivían,
incluyendo a los ch’ol. Los constantes enfrentamientos contra
los españoles y la desestructuración comunitaria también
afectaron el crecimiento poblacional y la reproducción. Una
parte de los ch’ol migró al norte con sus primos lingüísticos
o con los de habla yukateka, y otra buena parte se integró
a los mayas del sur arriba mencionados. Esto significó que
las regiones antiguamente habitadas por ellos quedaran casi
totalmente despobladas, a la vez que para las poblaciones
del altiplano significó la ampliación –tanto simbólica como