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situación inusual, dado el asiduo interés en preservar y reunir
materiales de lenguas indígenas de parte de los frailes que se
encontraban entre los k’iche’ y los kaqchikel. Como resultado,
no podemos afirmar con certeza que alguno o ninguno de
los términos sociopolíticos de los idiomas k’iche’anos haya
sido utilizado entre los q’eqchi’. Ante la ausencia de datos
históricos de larga data que demuestren la continuidad
organizacional (como sí sucede en Sacapulas) y las otras
limitaciones comentadas arriba, es complicado probar o
refutar lo presentado por el licenciado Vásquez Monterroso
(basado en la tradición oral local), de que los ancestros de los
actuales habitantes de Los Copones eran residentes del área
que ahora reclaman durante la época prehispánica, ni de que
han regresado a su antiguo territorio. La somera exploración
arqueológica preliminar realizada para esta investigación,
únicamente confirma relaciones con varias regiones y
grupos, y una habitación que se remonta varios siglos antes
de la conquista, pero es demasiado preliminar para dar una
explicación respecto a los grupos que habitaron el lugar.
Por otro lado, la teoría de Vásquez Monterroso de la
«q’eqchi’ización» parece bien fundamentada en la literatura.
Escobar
12
hace referencia a siete barrios en Cobán, cuatro
de los cuales han sido fechados con la fundación del pueblo
por los dominicos en el siglo XVI. El barrio de San Juan
fue descrito como uno formado por «naturales» de los
alrededores de Chisec, el de Santo Domingo por gente de
Chichén y Xucaneb’ (ambos q’eqchi’ hablantes), y el de Santo
Tomás fue descrito como uno formado por gente lacandona
(hablantes de ch’ol). El barrio de San Marcos, formado en
el siglo XVIII, fue conformado por hablantes de ch’ol del
área de Chamá, al oeste de Cobán y a medio camino entre
12 Escobar, Alonso de, «Account of the Province of Vera Paz, in
Guatemala, and of the indian settlements or pueblos established
therein», en Journal of the Royal Geographical Society of London, 11 (1841).