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enviados a Chimaltenango y a San Pedro Sacatepéquez, 

los cuales estaban conformados predominantemente por 

chinamitales del Winäq’ Aqajal/Chajoma’ (también de habla 

kaqchikel). Para un detalle de esto se pueden consultar los 

cuadros 3 y 4 de mi libro Los kaqchikeles de la época colonial.

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Los españoles jamás entendieron la organización política 

jerárquica de la época prehispánica. Encomenderos, oficiales 

reales y misioneros estaban más preocupados con la extracción 

de mano de obra y el tributo. En cualquier momento podían 

referirse a alguna subdivisión de un pueblo formado a 

través del proceso de congregación como un «calpulli», un 

«barrio» o eventualmente solo como «parcialidad». Incluso 

los diccionarios tempranos compuestos por los frailes 

misioneros fueron realizados después de que el proceso de 

dispersión y reasentamiento estaba bastante encaminado. Esta 

confusión entre los españoles es la razón principal de por qué 

debemos confiar en la forma en que términos como amaq’ 

winaq fueron usados en las crónicas mayas que describen la 

política de la preconquista. Las descripciones realizadas por 

los mismos mayas son mucho más certeras para describir 

su propia organización social que aquellas provenientes de 

los españoles, especialmente porque estaban acostumbrados 

a organizarse de manera distinta a las europeas de entonces.

Los significados tanto de chinamit como de molam han 

cambiado de diversas maneras desde el siglo XVI. Parece que 

el término amaq’ ha desaparecido por completo, a excepción 

de algunos esfuerzos recientes por reutilizarlo. Sin embargo, 

en el Sacapulas de la década de 1980 nadie utilizaba alguno 

de estos términos. En su lugar se usaba el término «barrio» 

para referirse a los habitantes de la cabecera (el pueblo), y 

9 Hill II, Robert M., Los Kaqchikeles de la época Colonial: adaptaciones de 

los mayas del altiplano al régimen colonial español, 1600-1700 (Guatemala: 
Editorial Cholsamaj, 2001 [1992]).