Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales
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sus primeras vivencias. Y es que la mayoría relata haber tenido un primer ciclo de migración sin la
posibilidad de hacer nada en los primeros años, debido a los procesos de adaptación en el país del norte
que también van formando su conciencia. Esta experiencia confronta a esta mayoría con las exclusiones
que han enfrentado históricamente en su país de origen y le recuerda cómo las viven, lo que las convierte
en un sistema de experiencias trasnacional. Uno de los jóvenes entrevistados lo explica de manera
contundente:
Mi primer trabajo fue en un restaurante, en donde no había personas que hablaran mi idioma
ni el español. Fue una experiencia triste, porque aquí estoy estudiando y mi papá me ayudó a
estudiar el inglés (padre migrante en Estados Unidos previo a la migración de su hijo). Cometí
un error por no haberlo aprendido cuando mi papá me dio la oportunidad, porque me sentía
menos que los demás, porque mi hermano hablaba inglés y yo no podía hablar nada. Eso fue
lo más triste. El trabajo no era tan difícil para mí, pero después de cierto tiempo, después
de unos meses, empecé a darme cuenta que yo no pertenecía a ese lugar por el clima, por el
tratamiento que nos dan, por la forma en que nos miran. Como quien dice no perteneces allá y
eso me hizo recordar que dejé a una parte de mi familia aquí. Después aprendí a hablar inglés,
las oportunidades se fueron dando más fáciles. Todo cambió cuando aprendí a hablar inglés. La
experiencia en Estados Unidos es un poco triste, un poco amarga, por el racismo y, la otra, por
ver a los demás que pierden totalmente su identidad, su cultura y todo eso afecta.
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Por tanto, son evidentes las dificultades por las que atraviesan los migrantes al llegar a Estados Unidos,
las primeras son los sentimientos de tristeza y soledad al encontrarse sin la familia y su entorno
comunitario, así como vivir la fuerza de nuevos referentes culturales que van modificando los propios.
Es remarcable cómo en este joven, como quizás muchos otros de origen indígena con experiencias
migratorias, vive el sentimiento de inferioridad por la diferenciación del idioma que viene construyéndose
históricamente desde el racismo que experimenta en Guatemala y el sentimiento de menosprecio; por
lo que allá en Estados Unidos vuelve a vivir una segunda diferenciación. Por ello seguramente la
subjetividad de este joven lleva consigo el peso de la discriminación de relaciones sociales construidas
en su país de origen, “subjetividad constituida y constituyente de estas relaciones”. Pero en función de
estas nuevas experiencias, va realizando un proceso de subjetivación que se construye frente al reto de
vencer obstáculos, que le hacen asumir acciones y discursos de autoafirmación individual y colectiva
—reconocimiento de la riqueza de su propia cultura—. De aquí su proceso constituyente como sujeto,
cuando asume la historia individual y colectiva como parte de un pueblo, que le ha tocado vivir pero se
posiciona como alguien que empieza a negar lo que le ha negado y luego se posiciona como alguien con
posibilidad y deseos por transformar esa realidad. Proceso para el cual, las reflexiones sobre el sujeto
de Zibechi y Zemelman ayudan para afirmar que es en el crisol de estas luchas frente a las experiencias
que estos sujetos van constituyendo una nueva conciencia y nuevas posibilidades para su nueva práctica,
con la capacidad de visualizar su historia de una manera reflexionada y crear nuevas condiciones para
su presente. Este joven en particular construye un nuevo discurso de inconformidad y de reto frente al
sistema que vive tanto en Estados Unidos como en San Juan Ixcoy, su municipio de origen.
Esta misma experiencia los acompaña cuando se ubican como trabajadores en un sistema productivo
extensivo y mecanizado, totalmente diferente al de sus comunidades de origen. La mayoría de los
migrantes se va siendo agricultor minifundista, solo algunos jóvenes migran con ciertos niveles de
73 Julio García Tiklas (nombre maya), 35 años, migrante en 1997-2013, San Juan Ixcoy, noviembre, 2013.