Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales
14
6. Ruptura entre la micro y la macro política, entre los espacios del centro y
otros departamentos de la República
Se constata una ruptura entre lo que se discute en los entes gubernamentales, en las organizaciones de
la sociedad civil a favor de los derechos de migrantes, especialmente las que funcionan en la ciudad
capital, así como entre las coaliciones de organizaciones de guatemaltecos en Estados Unidos y lo que
ocurre en la cotidianidad de los y las migrantes en las comunidades de origen.
41
Estas organizaciones,
especialmente las de la sociedad civil, disputan el campo de opinión pública y quizás desde allí logren
mejores posiciones para discutir las políticas públicas y la legislación a favor de las personas migrantes.
Así también proponen, con limitaciones, pero tendrían la posibilidad de desarrollarlo, una serie de
programas que aborden problemáticas concretas que afronta la población migrante donde se requiere
de la representación institucional del Estado.
Sin embargo, la concreción de políticas públicas y legislación pro migrantes puede tornarse eterna, en
medio de medidas contradictorias de los gobiernos respecto a un marco regulatorio que en el mejor de
los casos “protege y respeta los derechos humanos”, pero realiza acciones de mayor vigilancia, control y
criminalización de las personas migrantes. Varios autores mencionan que esta vigilancia crea condiciones
de sobre-explotación
42
por los diferentes mecanismos de deudas, presiones y coacciones que reciben
los migrantes en el tránsito y por las consecuencias de militarización de las fronteras como control
social. De igual manera, porque en la condición de “trabajadores indocumentados” reciben salarios
menores y en la mayoría de casos sin ningún tipo de prestación social. Frente a este panorama no menos
complejo, resulta el hecho de invertir energías de la organización social en mejoras de las políticas
públicas, mientras el Estado se mantiene débil y cooptado por intereses privados y corporativos, que
poco espacio dejan para políticas en favor del bien común.
Para las comunidades de origen de los y las migrantes, que en este caso son retornados/deportados y
sus familiares, carecen de posibilidades para formar parte de las discusiones de estos procesos, debido
a las grandes distancias físicas, problemas económicos y quizás por la no coincidencia en los intereses
inmediatos que persiguen, unos están en la preocupación de la sobrevivencia en sus localidades y otros
en la incidencia en los entes centralizados del Estado, procesos que tienen ritmos largos y muchas veces
sin resultados concretos para la población.
Nosotros estamos muy retirados, estamos en el área rural, nadie pregunta por nosotros. Pero
en otros casos llegan instituciones que ayudan a migrantes, en el caso de Perú, por ejemplo.
Aquí la misma gente de uno no le apoya. Aquí no hay ayuda, tal vez en la capital sí hay. Tal
como nosotros que hablamos un dialecto, somos más discriminados. Yo sé que hay más casos
(refiriéndose a familias desintegradas, hijos/hijas que se quedan en Estados Unidos) sería
importante la organización para informarnos y si hay alguien que nos represente.
43
41 Con base en la participación realizada en espacios de sociedad civil de MENAMIG, Grupo Articulador y actividades organizadas por
estas instancias.
42 Josiah Heyman. “Capitalismo, movilidad desigualdad y gobernanza en la frontera México-Estados Unidos”.
Desafiando fronteras: Control
de la movilidad y experiencias migratorias en el contexto capitalista, editado por Alejandra Aquino, Amarela Varela y Frédéric Décosse (Oaxaca:
Sur ediciones, 2013), 25-40.
43 Entrevista colectiva con migrantes retornados y deportados en San Mateo Ixtatán, noviembre 2013.